Una vez concluido mi revisión de los autores y las novelas de referencia del subgénero de la ciencia-ficción dura, voy a retomar un tema sobre el que ya he ido tratando largo y tendido a lo largo de los años: las sagas en la ciencia-ficción. Hace ya más de diez años que les propuse un minucioso recorrido por las que aquel entonces consideraba las sagas más representativas del género. Un recorrido que recibió una excelente acogida, pues aparte de los mensajes de muchos seguidores en varias de sus entradas, y los mensajes privados recibidos al respecto, tal vez influyó en que, un par de años después, mi admirado y desgraciadamente ya fallecido Miquel Barceló dedicara por vez primera una extensa sección a las sagas en su "Ciencia Ficción. Nueva guía de lectura" (2015). O tal vez simplemente me adelanté a la hora de profundizar en un aspecto de este maravilloso género en el que los principales eruditos en España aún no se habían detenido lo suficiente.
Pero en estos once años el género ha seguido aportando nuevas y sugestivas sagas, y por supuesto yo he seguido disfrutando con nuevas lecturas. Por lo cual considero que ha llegado el momento de ampliar la revisión que realicé entonces con otras nuevas sagas, en su mayoría publicadas o expandidas desde entonces. Tal es el caso de la Trilogía Southern Reach, de Jeff VanderMeer, o de la Trilogía de los Tres Cuerpos, de Cixin Liu, que ilustran esta entrada. Es por eso que durante los próximos meses les propongo una revisión de quince sagas, ordenadas cronológicamente, que espero resulte de su interés. Antes de ofrecerles la lista, debo aclarar nuevamente que por "saga" me refiero a una serie de al menos dos novelas (y no de tres, un criterio que aplican algunos estudiosos del género pero que nunca he comprendido, pues deja en el limbo a aquellas series de dos novelas), las cuales comparten no sólo una ambientación y un marco histórico común, sino también un marcado carácter de continuidad argumental entre las mismas. A diferencia de mi primera revisión, que se centraba sólo en autores extranjeros (como luego aclaré en mi entrada de cierre: "Otras sagas de ciencia-ficción en español"), esta vez voy a mezclar indistintamente autores españoles e internacionales, como reflejo de ese gradual equiparamiento entre las creaciones dentro y fuera de nuestras fronteras. Y por último, les recuerdo que mi acercamiento al género es el de un mero aficionado, por lo que no voy a proceder a una revisión exhaustiva de todos y cada uno de los títulos que las conformen; simplemente me detendré en aquellas novelas que despertaron en mí el interés suficiente para ser leídas. Como tal vez me hayan escuchado decir, ya saben que el tiempo de todo lector es limitado, y por tanto, mejor dedicarlo a lo que más nos pueda interesar.
A continuación les ofrezco la lista de esas quince sagas que voy a reseñar en mis próximas entradas, ordenadas cronológicamente. Como hice en su momento, dedicaré una entrada para cada una de las novelas que la conforman. Como en algunos casos ya las habré reseñado, simplemente añadiré un hiper-enlace a la entrada original por completitud:
Hal Clement - Saga de Mesklin (1954 - 1971):
* "Misión de Gravedad" (1954)
* "Estrella Brillante" (1971)
Isaac Asimov - Saga de Viaje Alucinante (1966 - 1987)
* "Viaje Alucinante" (1966)
* "Viaje Alucinante II. Destino Cerebro" (1987)
Brian W. Aldiss - Saga de Heliconia (1982 - 1985)
* "Heliconia. Primavera" (1982)
* "Heliconia. Verano" (1983)
* "Heliconia. Invierno" (1985)
Lois McMaster Bujold - Saga de Vorkosigan (1986 - 2018)
* "En caída libre" (1988)
* "Fragmentos de honor" (1986)
* "Barrayar" (1991)
* "El Aprendiz de Guerrero" (1986)
* "El Juego de los Vor" (1990)
* "Cetaganda" (1996)
* "Ethan de Athos" (1986)
* "Fronteras del Infinito" (1989)
* "Hermanos de Armas" (1989)
* "Danza de Espejos" (1994)
* "Recuerdos" (1996)
* "Komarr" (1998)
* "Una Campaña Civil" (1999)
* "Inmunidad Diplomática" (2002)
* "Criópolis" (2010)
Juan Miguel Aguilera y Javier Redal - Saga de Akasa-Puspa (1988 - 2005)
* "Mundos en el Abismo" (1988).
* "Hijos de la Eternidad" (1990).
* "El Refugio" (1994).
* "En un Vacío Insondable" (1994).
* "Mundos en la Eternidad" (2001). Sólo Juan Miguel Aguilera.
* "Mundos y Demonios" (2005). Sólo Juan Miguel Aguilera.
Vernor Vinge - Saga de las Zonas de Pensamiento (1992 - 2011)
* "Un Fuego sobre el Abismo" (1992).
* "Un Abismo en el Cielo" (1999).
* "The Children of the Sky" (2011).
Robert J. Sawyer - El Paralaje Neanderthal (2002 - 2003)
* "Homínidos" (2002).
* "Humanos" (2003).
* "Híbridos" (2003).
Dmitry Glukhovsky - Saga Metro (2005 - 2015)
* "Metro 2033" (2005).
* "Metro 2034" (2010).
* "Metro 2035" (2015).
Félix J. Palma - Trilogía Victoriana (2008 - 2014)
* "El Mapa del Tiempo" (2008).
* "El Mapa del Cielo" (2012).
* "El Mapa del Caos" (2014).
James S. A. Corey - Saga The Expanse (2012 - 2021)
John Scalzi - Saga de la Vieja Guardia (2005 - 2015)
Jeff VanderMeer - Trilogía Southern Reach (2014 - 2015)
Cixin Liu - Trilogía de los Tres Cuerpos (2016 - 2018)
Octavia E. Butler - Saga de las Parábolas (2019 - 2021)
Brandon Q. Morris - Saga de la Luna Helada (2019 - 2021)
Y para que esta entrada pueda servir también de índice, adjunto aquí la que será la lista final, integrada por las revisiones que realicé entre 2013 y 2015, y de 2024 en adelante, de todas las sagas que he ido reseñando a lo largo de los años. Nada menos que treinta y cuatro sagas que abarcan ochenta años de género:
Isaac Asimov - Saga de La Fundación (1942 - 1993)
Alfred E. Van Vogt - Saga de Los No-A (1945 - 1984)
Isaac Asimov - Saga de El imperio (1950 - 1952)
Frederik Pohl - Saga de los Mercaderes (1952 - 1984)
Hal Clement - Saga de Mesklin (1954 - 1971)
Isaac Asimov - Saga de Los robots (1954 - 1985)
Walter M. Miller Jr. - San Leibowitz (1960 - 1997)
Frank Herbert - Las crónicas de Dune (1966 - 1985)
Isaac Asimov - Saga de Viaje Alucinante (1966 - 1987)
Larry Niven - Saga de Mundo Anillo (1970 - 2004)
Philip José Farmer - El Mundo del Río (1971 - 1983)
Larry Niven y Jerry Pournelle - Saga de los Pajeños (1974 - 1993)
Gregory Benford - Saga del Centro Galáctico (1976 - 1995)
Frederik Pohl - Saga de los heechee (1977 - 1990)
Robert L. Forward - Saga de los Cheela (1980 - 1985)
Joe Haldeman - Trilogía de los Mundos (1981 - 1992)
Brian W. Aldiss - Saga de Heliconia (1982 - 1985)
Vernor Vinge - Saga de las burbujas (1984 - 1986)
Lois McMaster Bujold - Saga de Vorkosigan (1986 - 2018)
Juan Miguel Aguilera y Javier Redal - Saga de Akasa-Puspa (1988 - 2005)
Dan Simmons - Los cantos de Hyperion (1989 - 1997)
Nancy Kress - Saga de los Insomnes (1991 - 1996)
Kim Stanley Robinson - Trilogía Marciana (1992 - 1996)
Vernor Vinge - Saga Queng Ho (1992 - 2011)
Jack McDevitt - Saga de Las Máquinas de Dios (1994 - 2013)
Gregory Benford, Greg Bear, David Brin - Segunda trilogía de la Fundación (1997 - 1999)
Robert J. Sawyer - El Paralaje Neanderthal (2002 - 2003)
Félix J. Palma - Trilogía Victoriana (2008 - 2014)
James S. A. Corey - Saga The Expanse (2012 - 2021)
John Scalzi - Saga de la Vieja Guardia (2005 - 2015)
Jeff VanderMeer - Trilogía Southern Reach (2014 - 2015)
Cixin Liu - Trilogía de los Tres Cuerpos (2016 - 2018)
Octavia E. Butler - Saga de las Parábolas (2019 - 2021)
Brandon Q. Morris - Saga de la Luna Helada (2019 - 2021)
Espero que estas revisiones, y esta lista final ordenada cronológicamente, les ayude a adentrarse en el singular, complejo, y a menudo fascinante universo de las sagas en la ciencia-ficción. Así que les emplazo a mi próxima entrada.
Un apasionado de la literatura de ciencia-ficción y escritor a tiempo parcial que dedica parte de sus escasos ratos libres a compartir su pasión con el resto de aficionados.
domingo, 26 de mayo de 2024
miércoles, 15 de mayo de 2024
"Proyecto Hail Mary" (2021). Andy Weir
Con la entrada que hoy les ofrezco finaliza mi recorrido en orden cronológico por los autores y las novelas de referencia de la ciencia-ficción dura. Nos hemos adentrado ya en la presente década, que fue cuando se publicó la que es la última novela hasta la fecha del estadounidense Andy Weir. Quien pasa por ser el más relevante autor de ciencia-ficción dura de la actualidad, una apreciación que comparto plenamente. Y es que, a pesar de que sus obras se hacen varios años de rogar, la espera suele merecer la pena, pues el resultado es tan ameno como brillante. Algo que desde luego le aplica a "Proyecto Hail Mary", uno de los mejores exponentes de lo que éste subgénero puede ofrecer actualmente. Y una de las novelas que personalmente más me han gustado de estos últimos años. Se trata de una cautivadora obra sobre una situación dramática para la Tierra, que deviene nada menos que en el primer viaje interestelar de la humanidad y el primer contacto con una especie alienígena. Todo ello con un estilo desenfadado y el máximo rigor científico, los dos pilares que sustentan la bibliografía de Weir.
Weir insiste en algunas de las características que tan bien le funcionaron en su primera novela, "El marciano" (2011): un protagonista que se encuentra solo a millones de kilómetros de la Tierra, una situación desesperada, un estilo literario ameno y desenfadado, y una capacidad fascinante para afrontar con optimismo los más diversos problemas hasta lograr su resolución. Porque lo que a primera vista podría parecer una reiteración poco ambiciosa, en realidad no es tal, pues el escritor introduce en la presente novela dos elementos singulares y relevantes: los astrófagos, que absorben la energía del Sol y amenazan la vida en la Tierra, y el no planificado primer encuentro con una especie alienígena (los eridianos) afectada por la misma amenaza.
Recurriendo a frecuentes flashbacks intercalados con criterio en la línea narrativa presente, Weir va explicando gradualmente cómo la expedición de la que su protagonista Ryland Grace terminó siendo su único superviviente fue concebida, puesta en marcha y ejecutada, pormenorizando todos los detalles que luego permitirán a Grace proseguir con su misión. La cantidad de personajes que fueron aportando ideas para perfeccionar la nave Hail Mary es tal que a veces cuesta situarlos, pero sus contribuciones resultan tan originales como valiosas.
Y es que, como no podía ser de otra manera, el elemento científico raya a gran altura. Presidido por un doble afán de verosimilitud y claridad, el autor va tocando según lo necesita las distintas ciencias involucradas en los acontecimientos. Y les yuxtpone, además, la vertiente ingenieril (encarnada particularmente en Rocky, el único superviviente de la nave eridiana), para transformar leyes y conceptos en artilugios que les permitirán compartir nave, descubrir las taumebas con las que neutralizar los astrófagos, y salir indemnes de la experiencia.
Pocos defectos se le pueden encontrar a una novela tan conseguida. Aparte de esa similitud con "El Marciano" en algunos planteamientos iniciales que mencionaba antes, algunos personajes involucrados en los preparativos resultan demasiado arquetípicos, el buen humor desenfadado de Grace parece excesivo en algunas ocasiones, y en el tramo final habría venido bien algo más de acción. Poco más. A cambio, la novela va de sorpresa en sorpresa, rizando el rizo para ir incrementando el interés del lector sin que en ningún momento parezca inverosímil, hasta llegar a un desenlace emotivo, en el que la decisión que toma Grace tal vez no resulte inesperada, pero en el cual Weir juega con todos los elementos a su alcance para entregar un desenlace que resulta satisfactorio para eridianos y humanos como razas, pero también para sus dos protagonistas individuales.
Weir insiste en algunas de las características que tan bien le funcionaron en su primera novela, "El marciano" (2011): un protagonista que se encuentra solo a millones de kilómetros de la Tierra, una situación desesperada, un estilo literario ameno y desenfadado, y una capacidad fascinante para afrontar con optimismo los más diversos problemas hasta lograr su resolución. Porque lo que a primera vista podría parecer una reiteración poco ambiciosa, en realidad no es tal, pues el escritor introduce en la presente novela dos elementos singulares y relevantes: los astrófagos, que absorben la energía del Sol y amenazan la vida en la Tierra, y el no planificado primer encuentro con una especie alienígena (los eridianos) afectada por la misma amenaza.
Recurriendo a frecuentes flashbacks intercalados con criterio en la línea narrativa presente, Weir va explicando gradualmente cómo la expedición de la que su protagonista Ryland Grace terminó siendo su único superviviente fue concebida, puesta en marcha y ejecutada, pormenorizando todos los detalles que luego permitirán a Grace proseguir con su misión. La cantidad de personajes que fueron aportando ideas para perfeccionar la nave Hail Mary es tal que a veces cuesta situarlos, pero sus contribuciones resultan tan originales como valiosas.
Y es que, como no podía ser de otra manera, el elemento científico raya a gran altura. Presidido por un doble afán de verosimilitud y claridad, el autor va tocando según lo necesita las distintas ciencias involucradas en los acontecimientos. Y les yuxtpone, además, la vertiente ingenieril (encarnada particularmente en Rocky, el único superviviente de la nave eridiana), para transformar leyes y conceptos en artilugios que les permitirán compartir nave, descubrir las taumebas con las que neutralizar los astrófagos, y salir indemnes de la experiencia.
Pocos defectos se le pueden encontrar a una novela tan conseguida. Aparte de esa similitud con "El Marciano" en algunos planteamientos iniciales que mencionaba antes, algunos personajes involucrados en los preparativos resultan demasiado arquetípicos, el buen humor desenfadado de Grace parece excesivo en algunas ocasiones, y en el tramo final habría venido bien algo más de acción. Poco más. A cambio, la novela va de sorpresa en sorpresa, rizando el rizo para ir incrementando el interés del lector sin que en ningún momento parezca inverosímil, hasta llegar a un desenlace emotivo, en el que la decisión que toma Grace tal vez no resulte inesperada, pero en el cual Weir juega con todos los elementos a su alcance para entregar un desenlace que resulta satisfactorio para eridianos y humanos como razas, pero también para sus dos protagonistas individuales.
domingo, 5 de mayo de 2024
"La misión Encélado" (2019). Brandon Q. Morris
Con la entrada que les traigo hoy estoy ya a punto de completar mi recorrido en orden cronológico por los autores y las novelas de referencia del subgénero de la ciencia-ficción dura. Estamos ante un título que se escribió hace menos de una década, y cuya traducción llegó a nuestro país hace apenas un lustro. Es decir, nos hallamos ya frente a uno de los exponentes actuales del subgénero. Se trata de Brandon Q. Morris, que con "La misión Encélado" dio lugar a la que en los últimos años se ha terminado convirtiendo en su saga de la "Luna Helada". Aunque por razones obvias hoy voy a reseñar la entrega que comenzó la misma. Se trata de una novela muy entretenida sobre un tema habitual en el género de la ciencia-ficción (el primer contacto con vida extraterrestre inteligente), pero que en manos de Morris aporta la originalidad de un marco escénico tan poco explotado como Encélado (el sexto satélite más grande de Saturno), y también el rigor científico contemporáneo en su desarrollo.
En un panorama literario anglosajón a menudo tan poco estimulante, en mi humilde opinión, como el de los últimos años (baste recordar a Ann Leckie, Becky Chambers o N.K. Jemisin), se agardece que en otras partes del mundo con menor tradición en el género (en este caso Alemania, pues Brandon Q. Morris es el pseudónimo literario del físico alemán Matthias Matting) surjan escritores cuya misión no es hibridar la ciencia-ficción con otros géneros y con las corrientes de pensamiento mayoritarias, sino evolucionarla a la luz de los últimos hallazgos astronómicos y avances tecnológicos. Algo que el propio nombre de la página a través de la cual Morris se dio a conocer (Hard Science Fiction, que también figura en la cabecera de la edición en español) ya deja meridianamente claro.
Porque como corresponde a toda novela de este subgénero, el elemento científico es el verdadero protagonista de la novela. Los últimos descubrimientos sobre Encélado, con su singular capa de hielo y su océano sumergido bajo ella, lo convierte en un poderoso marco escénico que justifica de sobra una expedición de seis humanos a tan lejano lugar. No se quedan atrás los vastos conocimientos físicos y astronómicos del autor, siempre aplicados con coherencia a la hora de explicar efectos o generar hipótesis. Y al mismo nivel rayan todos los avances tecnológicos de última generación utilizados por el escritor (algunos incluso con mención explícita de las empresas tras ellos), desde los Reactores de Fusión Directa que impulsan la nave nodriza hasta el Valkyrie, el robot explorador y tunelador espacial. Pero semejante despliegue se realiza casi siempre con mesura, sin abrumar al lector y primando en todo momento la narración. De suerte que la exposición en detalle sobre todos estos aspectos científicos se reserva para aquellos lectores que deseen adentrarse en los meritorios y didácticos apéndices finales.
Y es que desde el punto de vista literario la novela no desentona: sabiamente estructurada en dos partes ("El camino" y "El objetivo", de elocuentes títulos), se centra desde el comienzo en Martin Neumaier, mitad alemán y mitad estadounidense, desde que siendo muy joven contempla el lanzamiento de la sonda ELF a Saturno, hasta que es quien establece contacto con la inteligencia alienígena de Encélado. Con una prosa fluida y directa, sin apenas pasajes de relleno (más allá de algún innecesario episodio de formación de Martin en condiciones extremas), va jalonando la historia de suficientes acontecimientos para mantener el interés, y nos ofrece varios momentos especialmente cautivadores, como las salidas extravehiculares o el descenso del Valkyrie.
No es ésta una obra con grandes defectos, aunque sí se aprecian algunos detalles mejorables. El más obvio es que los seis personajes que conforman la tripulación (cada uno de uno de los países más avanzados tecnológicamente hablando de la Tierra) resultan estereotipados en sus rasgos principales y comportamientos. Tampoco resulta del todo fluida la gradual adaptación de Martin a ese papel cada vez más protagonista en la expedición que deberá desempeñar, y fruto de ello es que a veces sus pensamientos nos parezcan poco naturales. El bebé a bordo es un detalle original, pero que en realidad aporta muy poco a la narración, como tampoco lo hace la coincidencia de los acontecimientos finales con las Navidades en la Tierra. Por último, en momentos clave la novela adolece de cierta falta de dramatismo, algo que seguramente otro escritor con más tablas habría conseguido subsanar.
Pese a lo anterior, la lectura resultaría recomendable incluso sin su excelente desenlace: repleto de tensión, se reserva la sorpresa final de no "terminar del todo bien" para sus personajes. Pero es que, además, logra atar todos los cabos y, al mismo tiempo, deja una puerta abierta a una eventual comunicación futura con el ser alienígena. Razones por las cuales les adelanto que no será ésta la última reseña de esta saga que aparecerá por el blog, así que les emplazo a futuras reseñas sobre la misma.
En un panorama literario anglosajón a menudo tan poco estimulante, en mi humilde opinión, como el de los últimos años (baste recordar a Ann Leckie, Becky Chambers o N.K. Jemisin), se agardece que en otras partes del mundo con menor tradición en el género (en este caso Alemania, pues Brandon Q. Morris es el pseudónimo literario del físico alemán Matthias Matting) surjan escritores cuya misión no es hibridar la ciencia-ficción con otros géneros y con las corrientes de pensamiento mayoritarias, sino evolucionarla a la luz de los últimos hallazgos astronómicos y avances tecnológicos. Algo que el propio nombre de la página a través de la cual Morris se dio a conocer (Hard Science Fiction, que también figura en la cabecera de la edición en español) ya deja meridianamente claro.
Porque como corresponde a toda novela de este subgénero, el elemento científico es el verdadero protagonista de la novela. Los últimos descubrimientos sobre Encélado, con su singular capa de hielo y su océano sumergido bajo ella, lo convierte en un poderoso marco escénico que justifica de sobra una expedición de seis humanos a tan lejano lugar. No se quedan atrás los vastos conocimientos físicos y astronómicos del autor, siempre aplicados con coherencia a la hora de explicar efectos o generar hipótesis. Y al mismo nivel rayan todos los avances tecnológicos de última generación utilizados por el escritor (algunos incluso con mención explícita de las empresas tras ellos), desde los Reactores de Fusión Directa que impulsan la nave nodriza hasta el Valkyrie, el robot explorador y tunelador espacial. Pero semejante despliegue se realiza casi siempre con mesura, sin abrumar al lector y primando en todo momento la narración. De suerte que la exposición en detalle sobre todos estos aspectos científicos se reserva para aquellos lectores que deseen adentrarse en los meritorios y didácticos apéndices finales.
Y es que desde el punto de vista literario la novela no desentona: sabiamente estructurada en dos partes ("El camino" y "El objetivo", de elocuentes títulos), se centra desde el comienzo en Martin Neumaier, mitad alemán y mitad estadounidense, desde que siendo muy joven contempla el lanzamiento de la sonda ELF a Saturno, hasta que es quien establece contacto con la inteligencia alienígena de Encélado. Con una prosa fluida y directa, sin apenas pasajes de relleno (más allá de algún innecesario episodio de formación de Martin en condiciones extremas), va jalonando la historia de suficientes acontecimientos para mantener el interés, y nos ofrece varios momentos especialmente cautivadores, como las salidas extravehiculares o el descenso del Valkyrie.
No es ésta una obra con grandes defectos, aunque sí se aprecian algunos detalles mejorables. El más obvio es que los seis personajes que conforman la tripulación (cada uno de uno de los países más avanzados tecnológicamente hablando de la Tierra) resultan estereotipados en sus rasgos principales y comportamientos. Tampoco resulta del todo fluida la gradual adaptación de Martin a ese papel cada vez más protagonista en la expedición que deberá desempeñar, y fruto de ello es que a veces sus pensamientos nos parezcan poco naturales. El bebé a bordo es un detalle original, pero que en realidad aporta muy poco a la narración, como tampoco lo hace la coincidencia de los acontecimientos finales con las Navidades en la Tierra. Por último, en momentos clave la novela adolece de cierta falta de dramatismo, algo que seguramente otro escritor con más tablas habría conseguido subsanar.
Pese a lo anterior, la lectura resultaría recomendable incluso sin su excelente desenlace: repleto de tensión, se reserva la sorpresa final de no "terminar del todo bien" para sus personajes. Pero es que, además, logra atar todos los cabos y, al mismo tiempo, deja una puerta abierta a una eventual comunicación futura con el ser alienígena. Razones por las cuales les adelanto que no será ésta la última reseña de esta saga que aparecerá por el blog, así que les emplazo a futuras reseñas sobre la misma.
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"El Mapa del Cielo" (2012). Félix J. Palma
Con la entrada de hoy prosigo mi recorrido en orden cronológico por alguna de las sagas que aún no habían aparecido en este humilde blog. ...
