martes, 25 de febrero de 2020

Aniquilación (2014). Jeff VanderMeer

Una entrada más continúo reseñando las novelas ganadoras o nominadas a los Premios Nébula durante la presente década. Llegó la oportunidad de hablarles de "Aniquilación", del escritor estadounidense Jeff VanderMeer. Se trata sin duda de una de las novelas más conocidas y populares de los últimos años, y que se alzó merecidamente con el Premio Nébula del año 2015. Y que es además la primera entrega de la denominada trilogía "Southern Reach", que fue concebida ya como tal desde el mismo momento de la publicación de "Aniquilación" (las otras dos entregas, "Autoridad" y "Aceptación", también vieron la luz en el año 2014). Situada en los límites de lo que podríamos considerar ciencia-ficción, se trata de una novela de argumento sencillo y extensión reducida pero cautivadora gracias a su acertado equilibrio entre aventura, misterio, especulación y las vivencias de su protagonista.

Antes de nada debo aclarar que mi valoración claramente favorable de la novela estuvo condicionada por haberse concebido ya desde el principio como primera entrega de la trilogía. Este hecho me hizo adoptar en todo momento una postura mucho menos exigente respecto a las aclaraciones y justificaciones proporcionadas por VanderMeer en esta primera entrega. Que son pocas e inconexas (nada se dice por ejemplo de cuestiones tan relevantes como la ubicación del Área X o de la naturaleza del Reptador). Pero que pasan relativamente desapercibidas frente a la coherencia ambiental y argumental que preside el libro.

Y es que son esos dos pilares los que aseguran el éxito de la novela: su ambientación y su argumento. La primera recrea una zona biológicamente equilibrada, bien estructurada gracias a sus zonas claramente diferenciadas (la frontera, el campamento base, la Torre, el poblado y el Faro), y con el suficiente número de especies reconocibles para que los elementos misteriosos de la misma no resulten completamente inverosímiles. Y el segundo, partiendo de la intrigante naturaleza del Área X, plantea una sencilla expedición compuesta por cuatro mujeres de las que sólo conocemos su profesión, a las que la asfixiante presión de lo desconocido conduce a desenlaces tan cautivadores como trágicos.

El tercer gran acierto de la novela es la habilidad narrativa del escritor. La elección de la bióloga como relatora en primera persona de una única línea narrativa es tan poco original como efectiva para que el lector se identifique con ella y empiece a experimentar sus aventuras. A ello hay que añadirle su capacidad para crear una atmósfera intrigante y opresiva, que linda con los géneros de la fantasía y el terror pero consigue mantener el rigor suficiente para no epatar al aficionado a la ciencia-ficción. Sin llegar a revelar más de lo estrictamente necesario en ningún momento, el autor entrega recurrentemente pequeñas píldoras que mantienen el interés del lector. Su prosa está literariamente elaborada, con matices líricos que la enriquecen sin llegar a resultar cargantes. Y su concisión (cinco capítulos y poco más de doscientas páginas) resulta refrescante en una época como la actual, caracterizada por páginas y más páginas de relleno.

Aparte de sus misterios no resueltos y de sus concesiones fantasiosas, la novela adolece de otros defectos menores como la innecesaria concesión a las modas de que todos los personajes sean femeninos (una circunstancia que no tiene relevancia alguna en los acontecimientos), ciertos comportamientos poco sensatos de la bióloga (como cuando casi al final renuncia a seguir explorando los niveles inferiores de la Torre y emprende el camino de regreso), y algún flashback a sus vivencias previas excesivamente extenso, que le resta ritmo narrativo al tiempo presente. A cambio, la excelente exploración psicológica que VanderMeer realiza de la bióloga, y el intenso final que remata su aventura (el cual recrea con acierto episodios previos de su vida) terminan de refrendar que estamos ante una novela notable. Y de paso reafirmaron mi decisión de continuar con la lectura de la trilogía, aunque por circunstancias varias aún no la he puesto en práctica.

domingo, 2 de febrero de 2020

Justicia auxiliar (2013). Ann Leckie

Una entrada más continúo con la reseña de las novelas ganadoras o nominadas a los Premios Nébula durante la presente década, que aún no hubieran tenido su propio espacio en este humilde blog. Le ha llegado al turno a "Justicia auxiliar", de la escritora estadounidense Ann Leckie, sin duda una de las novelas más famosas y premiadas de los últimos años, ya que se alzó no sólo con el Premio Nébula en su año de publicación, sino también con el Hugo, el Locus, o el Arthur C. Clarke. Reflejo de un entusiasmo por parte de crítica y público que desgraciadamente no comparto. Y es que aunque me parece una novela con varias ideas originales y algunos buenos momentos, me resultó un tanto fría, a menudo inmadura, y probablemente sobrevalorada.

Lo mejor en mi opinión del libro son las ideas con las que Leckie renueva el clásico subgénero de la space opera. Sobre todo al dotar a sus naves militares de una inteligencia artificial que les permite actuar como personas. Pero también al equipar a esas naves con "auxiliares", antiguos seres humanos de planetas colonizados por el Radch, hibernados y posteriormente reconvertidos y revividos para servir como tropas de la nave, formando así con ella un todo indivisible, omniscente y multi-presencial que da lugar a una experiencia multi-sensorial realmente cautivadora. No se queda atrás el recurso a la clonación de la lord del Radch, Anaander Mianaai, como forma de controlar y dirigir en la misma dirección un imperio tan vasto. Incluso la idea, muy en línea con las modas actuales, de eliminar el género del idioma radchaai de manera que todos los personajes sean aparentemente femeninos, es original, aunque también confusa y probablemente innecesaria para la trama.

Además de lo anterior, la escritora es respetuosa con varios de los elementos básicos de la space opera: hay un imperio, y por tanto tropas imperiales, muertes que dinamizan la narración, entornos cautivadores, yuxtaposición entre conservadurismo (los "malos") y renovación (los "buenos"), incluso una dosis de misterio en la línea de Isaac Asimov... Hasta ahí muy bien.

Los problemas empiezan con la elección de la protagonista y buena parte de sus actos y de los acontecimientos en los que se ve envuelta. Breq, la única auxiliar superviviente del crucero militar Justicia de Toren, es una narradora fría, innecesariamente minuciosa con los lapsos de tiempo, y cuyo interés en la capitana Seivarden no se llega a entender bien. Además, las dos líneas narrativas que se van alternando hasta llegar al tiempo presente de la novela (la pretérita en Shis'urna y la actual en Nilt) no ofrecen el mismo interés (la pretérita es claramente más floja), y durante el primer tercio de la novela ambas son principalmente descriptivas, de ritmo pausado, y no logran encender la mecha que estimule al lector para que pase las páginas rápidamente.

Si a ello le añadimos que el clientelismo que supuestamente da sentido a las relaciones sociales entre casas/familias no se termina de aprehender, que Leckie oculta conscientemente información básica al lector en un fallido intento de que la novela funcione a varios niveles, que la excusa que da lugar a determinadas situaciones es muy floja, que la escritora revela demasiado a menudo detalles del Radch sobre la marcha, que el elemento científico no está especialmente cuidado (aunque a cambio los mitos religiosos están sobredimensionados), y que su prosa resulta un tanto simple e impersonal, se entenderá por qué aun hoy me cuesta comprender que estemos ante una de las novelas más premiadas de la historia del género.

A cambio, es cierto que podemos encontrar algunos buenos momentos (fundamentalmente el del puente de cristal y los capítulos finales), un desenlace coherente en general y bastante aclaratorio respecto a los personajes principales, y la suficiente riqueza temática en el universo creado por la autora como para poder expandir la novela a trilogía. Que fue lo que hizo su autora en años posteriores con "Espada auxiliar" (2014) y "Misericordia auxiliar" (2015), ambas disponibles para el lector en español gracias al éxito de la primera entrega, y que aunque no llegaron a repetir premio fueron las dos finalistas del Premio Nébula en los dos años posteriores. Aunque con la relativa decepción que me supuso esta "Justicia auxiliar" no puedo opinar sobre ellas, puesto que por ahora no me he animado a leerlas.

"Accelerando" (2011). Charles Stross

Una nueva entrada prosigo con la reseña en orden cronológico de los autores y las novelas más representativas de la ciencia-ficción dura . ...