sábado, 26 de septiembre de 2020

Almas en guerra (2004). Liz Williams

Con esta entrada prosigo con las reseñas en orden cronológico de novelas de referencia creadas por las principales escritoras del género. En esta oportunidad voy a opinar sobre "Almas en guerra", la única novela traducida al español de la británica Liz Williams. Una novela a mi modo de ver más importante por lo que representó en su momento que por su calidad o interés. Y es que, bajo la falsa etiqueta de ciencia-ficción, "Almas en guerra" es realmente una novela de fantasía en la que todo es posible por incoherente que pueda parecer, pobremente explicada y con un argumento ramplón. Sólo se deja leer por su atrayente estética, sus capítulos cortos y dinámicos y, como decía, por su clara condición de precursora de tendencias en el género, particularmente el science-fantasy actual.

Probablemente si la novela hubiera estado correctamente categorizada como lo que en realidad es, nunca me habría animado a leerla, pero cuando me informé sobre ella, su referencia a un futuro lejano en el cual un planeta Marte terraformado ejercía de dominador sobre una Tierra anegada salvo en sus cotas más altas parecía un punto de partida atrayente y a la vez perfectamente encuadrable dentro del género. Pero en realidad es sólo un truco de la autora: la historia podría haber transcurrido igualmente en un conjunto de planetas imaginario, sin leyes físicas que lo rigieran. Dado que prácticamente no hay mención a lugares reconocibles de Marte, y de la Tierra apenas unos pocos. De hecho, una prueba obvia de que el escenario da igual (además de un fallo difícilmente justificable) es que los personajes jamás sienten ni el más mínimo efecto por el hecho de pasar de la gravedad de un planeta a la del otro.

Pero peor que esta falta de rigor es la sensación de "todo vale" que preside la novela casi desde el principio. La tecnología espectral, supuestamente alienígena, que pretende justificar la resucitación de las almas y su consiguiente ocupación de otros cuerpos no admite como es lógico el más mínimo análisis. Williams a veces intenta defender su creación, y por eso en las páginas de su obra propone justificaciones para la matriz de luz negra o para el rey dragón del fondo del Océano terrestre, pero honestamente no lo consigue.

Por si todo esto fuera poco, las motivaciones detrás de los personajes principales tardan mucho en explicarse, y nunca terminan de estar del todo claras. Unos personajes, además, que resultan un tanto simples, a veces parecidos en exceso entre ellos (es el caso de Sueños-de-Guerra e Yskaterina), y que sin previo aviso se ven sometidos a episodios que parecen sólo una excusa para alargar la novela (como el combate que de repente Sueños-de-Guerra deberá librar con los tigres cambiados). Por no hablar de las nuevas especies de humanos existentes (kami, kappa, tijereteras), y que en el caso de Lunae, la hito-bashira, posee incluso la capacidad de doblar el tiempo... Ahí queda eso.

Y sin embargo, si el lector se deja llevar sin más cuestionamientos e intenta encontrar algo positivo en la lectura, lo encontrará. Sobre todo en el uso de la ingenería genética para que las mujeres hayan conseguido seguir procreando sin necesidad de hombres, hasta convertirse así en los únicos seres humanos dignos de tal consideración. Y, en relación directa con dicho uso, las pieles de crecimiento que han permitido crear las nuevas especies. Un alegato feminista gracias a los avances tecnológicos que quizá pueda parecer radical en exceso, pero sin duda resultó precursor de obras posteriores que han ahondado en esta premisa. Por otra parte, los capítulos cortos dinamizan la lectura y facilitan el entretenimiento. Asimismo, la parafernalia de imágenes visualmente muy atrayentes tanto en la Tierra como en Marte ("góticas" las denominan en la contraportada), un poco en la línea de Catherine Asaro o Joan D. Vinge, está conseguida. Y por encima de todo, esa fantasía disfrazada de ciencia-ficción en un futuro muy lejano permitió a la novela ser de las primeras en adscribirse a lo que entonces se denominó new weird, el movimiento precursor del science-fantasy que arrasa en la actualidad a nivel de crítica y ventas.

Con un argumento que es poco más que una explicación de conceptos inverosímiles y una persecución continuada por la Tierra y Marte, era previsible que el desenlace fuera poco original, y que "todo saliera bien". Pero lo que no esperaba cuando lo leí es que para ello Williams llegara a permitirse licencias como fusionar las vida de Yskaterina y el animus, o que la Torre de Memnos se alimentara de la energía de las gaecelas. Recursos totalmente inadmisibles en mi opinión, e innecesarios para rematar el resultado. En suma, una novela decepcionante salvo por lo que en su momento supuso. Lectores rigurosos, abstenerse.

domingo, 13 de septiembre de 2020

El despertar del milenio (1999). Jane Jensen

 

Una nueva entrada prosigo con la reseña de novelas representativas de algunas de las mejores escritoras de ciencia-ficción. Voy a hablarles hoy de "El despertar del milenio", una de las dos únicas novelas traducidas al español de la estadounidense Jane Jensen. Una escritora que es más conocida por su faceta de creadora de videojuegos, lo que no significa en absoluto que no domine el oficio de las palabras. Y es que sin duda "El despertar del milenio" es una de las novelas más notables del género escrita por mujeres que he tenido la oportunidad de leer. Combinando una base de ciencia-ficción con un desarrollo más propio de un thriller contemporáneo, Jensen nos ofrece una novela vertiginosa, muy rica en personajes y culturas, amena de principio a fin a pesar de su extensión (casi seiscientas páginas), y no exenta de reflexiones. Aunque se toma un par de licencias poco defendibles.

Al principio la novela puede llegar a abrumar: son tantos y tan variopintos los personajes, tan dispares las situaciones en que se encuentran, tan poco asumibles los sucesos que han sucedido en Santa Pelagia justo al comienzo, que es necesario confiar en el buen hacer de la autora y poner toda nuestra atención en lo que se nos presenta para no prejuzgar equivocadamente la novela. Pero en cuanto se le da tiempo, empieza a aprehenderse la magnitud de lo narrado por la autora y a la vez el lector empieza a orientarse gracias a las líneas narrativas del sacerdote Michel Deauchez y el periodista Simon Hill. Y a partir de ahí, ya disfruta hasta el final.

Es loable el esfuerzo de la escritora por dar cabida a las más diversas culturas y sus correspondientes manifestaciones religiosas: desde los telepredicadores estadounidenses hasta los budistas hindúes, pasando por los nativos norteamericanos y llegando hasta los jihadistas de Oriente Medio. Jensen sale airosa de un reto tan complejo de escribir como el que nos plantea. Y además lo enriquece con unos notables (para la época, finales del siglo pasado) conocimientos y empleo siempre que es necesario de las últimas tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, armamentísticas, sanitarias... Incluso recuerda con acierto a situaciones que estamos viviendo en nuestra omnipresente pandemia.

Por si todo lo anterior fuera poco, la escritora bebe con criterio del Apocalipsis y otras fuentes que a lo largo de nuestra historia han predicho el final de nuestro mundo, y usa esa inspiración para ir desplegando con toda su crudeza cada una de las siete plagas: esporas y llagas; dinoflagelados y marea roja; hantavirus y pandemia; láser difuso y fuegos; erupciones volcánicas y pozos de humo... Al partir siempre de un elemento científico contrastado para crear cada una de las supuestas "plagas divinas", consigue darle verosimilitud a tan terrible panorama. Y sin abusar de las muertes para no exagerar el sensacionalismo de la novela, las que nos presenta (el Papa, el presidente de los E.E.U.U., el virólogo Mike Smith) acrecientan esa sensación trágica que atrapa al lector.

Aunque no sólo el panorama es responsable de la velocidad con la que se pasan las páginas: Jensen adopta muchos de los recursos de los thriller que no se avergüenzan de aprender de los aspectos positivos de los best-sellers, y nos ofrece situaciones casi siempre resueltas en pocas páginas, con un claro predominio de los diálogos y una prosa neutra que pasa razonablemente desapercibida. Y, sin tratarse de una novela de personajes, los principales quedan suficientemente caracterizados, y de casi todos los secundarios se nos muestra su desenlace.

Aun tratándose de una novela brillante, no alcanza en mi opinión la calificación de "clásico" por algunos defectos fácilmente apreciables, si bien sólo dos de ellos son realmente relevantes. El primero y más obvio es que la escritora da por ciertas determinadas consecuencias de las manifestaciones religiosas más fervorosas (como la sangre que emana de las manos de Dauchez cuando "entra en trance"), impropias de una novela de ciencia-ficción seria. Y el segundo, consecuencia directa del primero aunque no tan evidente, es el postulado según el cual la mente humana comunitaria es capaz de alterar la realidad física, hasta el extremo de acelerar o frenar el desplazamiento de las placas tectónicas. Otros defectos menores son puntuales comportamientos pocos razonables de sus personajes principales (como cuando Deauchez decide visitar a Andrews, siendo obvio a lo que se va a exponer), o un exceso de atención en el primer tercio del libro a las más variopintas líneas narrativas, que contrasta con la acelerada en demasía manera en la que se van cerrando esas líneas narrativas en las últimas cien páginas.

En todo caso el balance es claramente favorable: la conspiración del Cetro Rojo y sus justificaciones, la forma analítica de evaluar las en apariencia más irreprochables manifestaciones divinas, las reflexiones no siempre explícitas sobre los males de las sociedades contemporáneas, y la propia trama, inclinan la balanza a favor de las virtudes de esta recomendable novela. Recomendable incluso aunque ya hayan transcurrido quince años desde que sus acontecimientos debieron haber tenido lugar. Porque el milenio sigue despertando.

"El bosque oscuro" (2017). Cixin Liu

Continúo avanzando con esta nueva entrada en mi recorrido en orden cronológico por los autores y las novelas más relevantes del subgénero d...