viernes, 20 de junio de 2014

A vuestros cuerpos dispersos (1971). Philip José Farmer

Con la presente entrada comienzo la reseña de una de las sagas más conocidas del género: el "Mundo del Río", la obra más famosa del siempre controvertido escritor estadounidense Philip José Farmer. Una saga que, relatos aparte, está constituida por las siguientes cinco novelas:

A vuestros cuerpos dispersos (1971)
El fabuloso barco fluvial (1971)
El oscuro designio (1977)
El laberinto mágico (1980)
Dioses del Mundo del Río (1983)

Como intentaré explicar en las próximas entradas, el Mundo del Río es una saga que resulta más interesante conceptualmente que por sus resultados, por lo que recomiendo leer únicamente las dos primeras novelas. Aunque debo advertir que no soy un gran defensor de la obra de Farmer, por lo que mi apreciación tal vez sea excesivamente parcial. Centrándonos en la novela que dio lugar a la saga y que reseño hoy, debo empezar señalando que fue recibida con entusiasmo por parte del público, como lo prueba el hecho de que fue galardonada con el Premio Hugo de 1971. Y es que se trata de una novela con una fascinante idea de partida, llena de aventuras, entretenida y aderezada con apreciables dosis especulativas, pero carente de calado. Y esa trivialidad es su principal defecto.

Incuestionablemente la idea de partida es originalísima y bien presentada: el mundo del Río es un marco inacabable en el que todos los seres humanos que jamás existieron hasta el s. XXI son resucitados simultáneamente, ofreciéndoseles una segunda oportunidad vital. Un marco que resulta, además, agradablemente realista y cuidado en los detalles: desde las piedras de cilindros que sistemáticamente proveen de alimentos a sus habitantes hasta las altísimas montañas que los retienen. Y en el cual surgen de manera natural especulaciones interesantes: el significado de la muerte tras la resucitación por un tercero (Farmer lo llama el Expreso de los Suicidios), la interacción de gentes de todas las épocas y culturas de la humanidad, las alianzas que se forman...

Este escenario principal propicia el tono de aventuras que predomina en la novela: desde la botadura del Hadji se suceden los viajes, las disputas, las muertes: es imposible aburrirse. Por cierto, que Farmer exhibe un notable conocimiento de todas las épocas y culturas de la historia de la humanidad, lo que favorace que las reacciones de los distintos grupos y facciones en su adaptación a la nueva realidad resulten naturales. Reacciones tales como la incomodidad ante la desnudez, las pasiones irrefrenadas, el afán por la propiedad o los continuos enfrentamientos. Otro acierto es el grupo de personajes, bien compensado, que acompaña al explorador del s. XIX y protagonista absoluto Richard Burton durante la mayor parte de la narración: Monat el extraterrestre, Kazz el neandertal, Frigate, Ruach y en menor medida, las mujeres (Alice, Loghu, Gwenafra, Wilfreda). Asimismo, se agradecen las explicaciones tangenciales sobre la historia de la humanidad a partir del s. XXI (su aniquilación por Monat, el racionamiento...).

Sin embargo, dos defectos lastran la obra. En primer lugar, aunque es lógico que el escritor fije su atención en una mínima parte de los pobladores de este mundo, se centra demasiado en Burton y sus inquietudes, dejando de lado muchísimos aspectos que podría aprovechar para enriquecer la narración. Y en segundo lugar, porque salvo por las explicaciones geológicas y biológicas, el elemento científico no está demasiado cuidado: abundan las arbitrariedades, la sensación de improvisación sobre las implicaciones no previstas, y se roza la fantasía menos convincente. Además, la continuada interacción de Burton y Hermann Goering no resulta justificable, y llegar a cansar al lector. Y el final no es nada resolutivo (el encuentro con los Éticos queda un tanto forzado). Lo cual, sumado a esa trivialidad a la que aludía al principio, hacen que la novela deja escaso poso una vez leída. Aunque sí gran cantidad de flecos abiertos para sucesivas entregas, como Farmer hábilmente supo explotar en años posteriores.

viernes, 6 de junio de 2014

Hijos de Mundo Anillo (2004). Larry Niven

Con la presente entrada concluyo la reseña de las novelas que recomiendo leer de la saga de Mundo Anillo. Como ya comenté en mi reseña de "Ingenieros de Mundo Anillo", esta última novela supera, tanto por orientación argumental como por afán aclaratorio, la decepcionante "Trono de Mundo Anillo", y es la principal razón por la que me inclino por recomendar la lectura de las cuatro novelas de la saga, aunque leer sólo las dos primeras también es una opción válida. No obstante, hay que tener presente que desde la publicación de "Mundo Anillo" hasta este "Hijos de Mundo Anillo" transcurrieron nada menos que 34 años, y que los escritores no crean siempre al mismo nivel, lo que explica que estemos ante una novela solamente correcta de Niven, y que no recomendaría si fuera una novela independiente.

Por orientación argumental me refiero al hecho de que el autor recupera un papel activo (y no de mero observador) para su trío protagonista (Acólito, El Ser Último y, por supuesto, Luis Wu): desde el principio forman parte esencial de la trama, que por otra parte se sitúa acertadamente en el punto en el que terminó la novela anterior. Además, durante buena parte del libro la estructuración de los capítulos es clara y razonable, como lo evidencia que mediante los títulos de los mismos podamos construir un resumen apresurado de lo acontecido. Lo cual, unido a una longitud total razonable (300 páginas), contribuye a no desorientar al lector.

Y por afán aclaratorio me refiero al hecho de que, quizá consciente de que ésta iba a ser la última entrega de la saga, Niven aprovecha para revisar las razones y los medios con los que los Protectores de Pak construyeron el Mundo Anillo, y también por qué se estructuró de la manera que lo conocemos. Incluso por qué los homínidos ocupan los nichos biológicos que deberían corresponder a otras especies animales. No sólo eso: el escritor también aprovecha para aclarar algunas lagunas de la relación de Luis Wu y Teela Brown en Mundo Anillo, del desenlace de ésta, e introduce (aunque de manera un tanto fallida) el factor sorpesa de un hijo común (Wembleth) y la conversión en protector de Luis.

Además, la novela sigue proporcionando detalles atrayentes sobre el Mundo Anillo (en especial la forma para desplazarlo a lo largo de la galaxia) y algunos gadgets útiles (aunque sobreexplotados) como los discos de paso o los cinturones de vuelo. Lo que añadido a la propia fascinación que genera el Mundo Anillo (prefacio incluido) sirve para contentar a los aficionados que, como yo, confieren importancia al elemento científico en la ciencia-ficción.

Pero la novela flaquea en muchos aspectos básicos. Especialmente en la prosa de Niven: confisa, tendente al equívoco, insuficientemente elaborada respecto a las motivaciones de los personajes y falta de referencias espaciales y temporales (si me permiten el comentario, se echa de menos a su colaborador habitual, el también escritor Jerry Pournelle, para mitigar estos defectos). Siguiendo por una Guerra del Margen citada como recurso pero no bien elaborada ni aclarada. Como tampoco abundan las reflexiones que den algún tipo de profundidad a la novela, convirtiéndose ésta en una serie de aventuras plana, casi juvenil. Aunque quizá más que de aventuras deberíamos hablar de saltos espaciales ininterrumpidos de desigual interés. Tampoco la traducción juega a su favor, pues algunos personajes y artefactos cambian sus nombres respecto a anteriores entregas de la saga.

Todo ello provoca que el lector termine por dejarse llevar, perdiéndose así el factor sorpresa y el sentido de la maravilla. Incluso en un desenlace que intenta aclarar los roles de Tunesmith, Proserpina y el Penúltimo, pero que acaba convirtiéndose en un batiburrillo bastante incoherente. Una saga tan relevante en el género merecería un final mejor, pero salvo que Niven sucumba a la tentación de ampliar la saga será el que la cierre, reflejando perfectamente los altibajos en la misma.

"El despertar del Leviatán" (2011). James S A Corey

Mi recorrido por los autores y las obras más relevantes del subgénero de la ciencia-ficción dura continúa avanzando con la presente entrad...