miércoles, 17 de mayo de 2017

El último día de la guerra (2003). Christopher Priest

Una nueva entrada continúo reseñando cronológicamente las novelas que he seleccionado como representativas del subgénero de la ucronía o historia alternativa, uno de los más sugestivos de la literatura de ciencia-ficción. Le ha llegado el turno a "El último día de la guerra", del británico Christopher Priest. Una de las ucronías más premiadas de mi lista, ya que se alzó con los premios más importantes de la ciencia-ficción en el Reino Unido en el año 2003: el British Science Fiction y el Arthur C. Clarke. Y que además es, en mi humilde opinión, no sólo una de las mejores ucronías de la selección, sino también la más meritoria ucronía relativa a la Segunda Guerra Mundial que he tenido la oportunidad de leer. "The separation", que así es como se llama el inglés (la traducción libre del título no es demasiado afortunada), es una ucronía atípica, con las relaciones entre dos hermanos gemelos monocigóticos como eje, la Segunda Guerra Mundial como trasfondo, y la habilidad narrativa y las ganas de Priest de jugar con el lector como acicate.

Se trata de una ucronía atípica porque, en vez de explorar la realidad que sobrevino a un acontecimiento histórico diferente a como lo conocemos (el hecho divergente), parta de dicho hecho (en este caso el armisticio entre Alemania e Inglaterra en mayo de 1941), nos muestra sus consecuencias (desde la guerra chino-norteamericana de mediados de los cuarenta hasta la decadencia económico-social de E.E.U.U. a finales de siglo), y en seguida se lanza a narrar las peripecias de los hermanos Sawyer entre 1936 y 1945. Fijándose primero en Jack, quien compitió y ganó junto con su hermano Joe una medalla de bronce en remo en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, y se convirtió en piloto de la RAF durante la guerra posterior. Ésta es la linea narrativa que respeta la historia tal cual la conocemos, con el fallido intento de paz de Rudolf Hess en Inglaterra, su posterior cautiverio, la victoria aliada y los juicios de Nuremberg. Aunque añade algunas pinceladas de ucronía, como los dobles de Hess y Churchill que aparecen en algunos tramos.

Tras un breve interludio a cargo de Sam Levy (miembro de la tripulación de Jack, que Priest usa para acentuar la sensación de cuestionamiento de la realidad ya que Jack en esta línea narrativa), en la quinta y última parte Priest se fija en su hermano Joe. Pacifista convencido y conductor de ambulancia durante la guerra, Joe empieza a sufrir alucinaciones tras quedar malherido en uno de los bombardeos sobre Londres. Alucinaciones que se mezclan con sus vivencias reales, y en las que el devenir histórico es el que corresponde a la historia alternativa. Hasta el extremo de que Joe termina siendo partícipe de la redacción en Estocolmo del armisticio entre Hess y Churchill con el que remata priest la historia alternativa.

Este original enfoque de la ucronía, sustentada únicamente en lo relatado por uno de los dos gemelos pero con acontecimientos comunes a los dos relatos (el embarazo de Birgit, el nacimiento del niño/niña, los episodios en los que ambos son malheridos/muertos), le permite al escritor jugar con el lector a un juego más coherente de lo que parece. Porque al final Priest cerrará la novela con una fecha clave a todas las líneas narrativas, e incluso sugerirá que el escritor Stuart Gratton y la historia alternativa presentadaa sólo existieron realmente en las alucinaciones previas a la muerte de Joe, siendo la historia tal cual la conocemos la auténtica.

Aparte de lo ya comentado respecto a la trama y al enfoque que le da Priest, la novela se sustenta en su prosa de gran calidad, en la facilidad con que expone emociones y perspectivas, en su habilidad a la hora de captar el ambiente de la guerra, en lo documentadas que están todas sus descripciones y en la forma en la que va recurriendo a sus dos personajes históricos principales, Churchill y Hess.

En cuanto a los defectos, el más notable viene determinado por la propia naturaleza de la novela, porque revisitar el "mismo" acontecimiento desde la perspectiva de varios personajes siempre acarrea el riesgo de la pérdida de interés. Además, el escritor se detiene demasiado entrecruzando las dos líneas temporales de la parte narrada por Jack, y adolece de cierta morosidad verbal en algunas fases de la novela (que ganaría con cincuenta o sesenta páginas menos de las más de cuatrocientas que ocupa). Ninguno de ellos defectos tan graves como para no recomendarla a lectores dentro y fuera del género de la ciencia-ficción.

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