lunes, 1 de mayo de 2017

Pashadaze (2001). Jon Courtenay Grimwood

Una nueva entrada prosigo con mi reseña en orden cronológico de las ucronías que he seleccionado como representativas en nuestro idioma de este subgénero, uno de los más sugerentes de la literatura de ciencia-ficción. Voy a revisar en esta oportunidad una de las novelas menos conocidas de mi lista. Se trata de "Pashadaze", del escritor maltés Jon Courtenay Grimwood, publicada en el año 2001 por Minotauro. Y que adelanto ya que, en mi humilde opinión, es la peor novela de esta selección de veinte novelas de historia alternativa que les he propueso: una ucronía desaprovechada, confusa, farragosa, sin ritmo, y con la ambientación de la Il-Iskandria alternativa como único aliciente.

Grimwood nos plantea una historia alternativa en la que Alemania ganó la Primera Guerra Mundial, y en consecuencia el Imperio Otomano ha perdurado hasta el siglo XXI en el que sitúa la acción, incluyendo a Il-Iskandria (actual Alejandría) entre sus fronteras. Pero apenas hace uso de esta historia alternativa (tan sólo unas referencias a una leve presencia germana en Il-Iskandria, y algunos artilugios tecnológicos anormalmente evolucionados que surgen de vez en cuando). De hecho, en su práctica totalidad la historia podría transcurrir en nuestro siglo XXI.

El autor no sólo desaprovecha la ucronia al no especular sobre lo que pudo haber sucedido, sino también por lo que nos relata: la difícilmente desentrañable identidad de ZeeZee/Ashraf Bey, su benefactora tía Nafisa (cuyo asesinato intenta sin éxito ejercer de motor de la novela), la confusa jerarquía de autoridades policiales, la mezcla que a lo largo de los capítulos hace Grimwood de los traumas infantiles de Bey y su extraño modo de vida adolescente en Seattle... El escritor abre muchas puertas que no logra cerrar, recurre a la inventiva más difícilmente aceptable sin tapujos, marea al lector con irregulares retornos al pasado (Escocia, Singapur, Suiza, E.E.U.U.) y provoca con ello el desinterés casi total (debo reconocer que ha sido una de las novelas que mas me ha costado terminar jamás).

Por si fuera poco, Grimwood termina de dar la puntilla a su historia con una prosa entre farragosa y pedante. Con párrafos que deben leerse una y otra vez para intentar desentrañar su significado, frases que pretenden resultar impactantes pero sin ningún contexto que las sustente, una exasperante tendencia a indicar la marca comercial de cada objeto (que por cierto es siempre la misma que conocemos, a pesar de que la ucronía de la que parte debería haber alterado al menos algunos mercados), y un buen número de situaciones inconcebibles y tremendamente mal justificadas (a modo de ejemplo: ¿cómo un ZeeZee adolescente había conseguido un pasaje para volar de Escocia a París?, o ¿por qué van Zara y Hani precisamente al almacén de especias para el desenlace?).

Otros defectos menores que mencionar son los inaceptables avances científicos que en ocasiones surgen para desbloquear la trama (piénsese por ejemplo en las increíbles habilidades del perro mecánico Alí-Din, tan necesarias para el desenlace), las injustificables capacidades de algunos personajes (baste recordar a Hani desbloqueando con tan sólo nueve años las claves para acceder a datos bancarios), los menos chirriantes detalles con los que Grimwood afea su creación (el Zorro, supuesto desdoblamiento de personalidad de ZeeZee convertido más tarde en un experimental implante cerebral), o la atención a supuestos detalles que al final nada aportan (los tratamientos en la clínica de Madame Sortris, por ejemplo). Hasta llegar al extremo de que no haya probablemente dos lectores que puedan elaborar el mismo resumen de lo sucedido realmente en la novela.

Por salvar algo, Grimwood logra recrear distintos ambientes en una ciudad tan vasta como Alejandría, trasladando una impresión adecuada de las contradicciones de la ciudad. Y al estructurar la novela en muchos capítulos cortos evita que el lector abandone definitivamente la lectura. Aunque aún no me explico cómo en una editorial como Minotauro (que se supone vela por la calidad de las obras que publican) se animaron a darle una oportunidad a este libro; quizá alguno de ustedes le encuentren alguna otra virtud que a mí se me escapó. En todo caso, menos mal que no decidieron publicar las dos novelas posteriores, con la que Grimwood convirtió "Pashadaze" en una trilogía ("Arabesk").

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