Retomo con esta entrada la revisión de las novelas de la saga de los robots que merece la pena leer. Como ya he señalado en las dos reseñas anteriores, recomiendo leer la totalidad de la saga, en mi opinión una de las mejores a la que ha dado lugar la ciencia-ficción. Le toca en esta oportunidad a "Los robots del amanecer", la novela con la que Isaac Asimov retomó la saga tras más de un cuarto de siglo de inactividad. Es, pues, la tercera novela de la saga en orden cronológico y también en orden de lectura, así como la primera de las dos novelas de robots que Asimov escribió en los años 80, época de su resurrección como novelista de ciencia-ficción. Una resurrección de la que hablé con detalle al reseñar la saga de la Fundación, y que en el caso de las novelas de robots comparte algunos aspectos ya señalados entonces: un mayor esfuerzo por la caracterización de los personajes, una mayor verbosidad, y al mismo tiempo un intento claramente perceptible por no alterar las señas de identidad de la saga (ambientación, preferencia por los diálogos, elemento de misterio, mantenimiento de la pareja protagonista...). Aspectos que Asimov supo manejar en mi opinión con notable éxito, completando una novela tan atrayente como coherente argumentalmente. Aunque con algunos altibajos.
Y es que el hecho de ser la novela con la que Asimov "reinaguiró" la serie da pie a los mayores defectos de "Los robots del amanecer". Entre ellos, la lentitud de los primeros capítulos, en los que Asimov, además de ponernos en situación, se entretiene en aparentes minuciosas (desde el reenceuntro de Baley con Daneel hasta el denominado "visor espacial"). Además, durante quizá demasiadas páginas sólo se nos ofrece una exigua visión del planeta Aurora: los establecimientos del inventor de robots Han Fastolfe y de la solariana Gladia Delmarre. Tampoco me gustan demasiado la excesiva y hasta impertinente meticulosidad de Baley al comienzo de sus pesquisas y la relativa pérdida de importancia de Daneel, que deja de ser el frío contrapunto del visceral Baley. Si bien a cambio Asimov ofrece el mayor hallazgo de esta novela: el robot Giskard Reventlov, capaz de tomar decisiones por su cuenta, sin consultar a ningún humano, y que por tanto ofrece nuevas e interesantes perspectivas a la serie.
Es indudable que durante la primera mitad de la novela también hay espectos positivos. Entre ellos, la coherencia y la belleza del planeta Aurora, las sucesivas hipotésis que Baley va construyendo y desechando, los acertados diálogos... Pero es a partir del encuentro de Baley con Vasilia Aliena, una de las hijas de Fastolfe, cuando la novela empieza a dar de sí todo lo que se espera de ella: por fin Aurora se muestra en todo su esplendor, la novela se centra en el robotocidio del humaniforme Jander Panell y en la trama urdida en torno a él, vamos conociendo los puntos de vista de nuevos y sugerentes personajes... En especial debo reseñar la habilidad de Asimov a la hora de caracterizar a Kelden Amadiro, el robotista que aboga por la construcción de más robots humaniformes: un ser complejo del que se intuye su maldad sin que en realidad trasluzca nada a través de sus actos.
La lectura se vuelve apremiante con el episodio de la tormenta, de una intensidad muy bien conseguida. Así, mediante una estupenda estructuración en capítulos y el habitual cuidado del Buen Doctor por el elemento científico, se llega al desenlace, que está a la altura de lo esperado: por un lado se resuelve la problemática planteada, mientras que por otro (y un poco más tarde) se desentraña el verdadero Misterio, con mayúsculas. Y todo ello introduciendo ideas y referencias que formarán parte más adelante de la saga de la Fundación, conformando así una interrelacionada y apasionante historia del futuro.
Un último detalle: es una lástima que los primeros traductores de esta novela al español tradujeran "Dawn" por "amanecer" y no por "Aurora". A causa de dicha traducción el potencial lector se pierde una información importante de esta novela (su marco escénico), y gana un título confuso y poco atrayente.
Un apasionado de la literatura de ciencia-ficción y escritor a tiempo parcial que dedica parte de sus escasos ratos libres a compartir su pasión con el resto de aficionados.
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Ah, así que por eso era Dawn! Siempre es curioso saber estas cosillas; a veces ganamos con las traducciones, pero cuántas veces perdemos...
ResponderEliminarEstoy leyéndome la saga, y la verdad es que me encanta siempre leer críticas tras terminar el libro. Volveré a pasar por aquí para seguir leyendo ;)