Continúo reseñando los principales libros disponibles en español de mi escritor de ciencia-ficción favorito, Robert Silverberg. Le toca en esta entrada a "Al final del invierno", novela de 1988 y por tanto enmarcada dentro de su segunda y última época como escritor de ciencia-ficción. Una novela que en realidad iba a ser la primera de una ambiciosa trilogía sobre la humanidad en un futuro remoto, pero que al final se quedó en sólo dos entregas, la segunda de las cuales ("The queen of springtime") no está traducida al español y por tanto no reseñaré aquí. "Al final del invierno" fue saludada por Miquel Barceló cuando la publicó en su colección Nova como una meritoria vuelta de Silverberg a su "mejor forma". Personalmente no la considero parte de sus novelas absolutamente recomendables, pero sí que me pareció digna y claramente superior a su predecesora en el tiempo ("La estrella de los gitanos"), a pesar de su gran longitud.
Silverberg nos plantea en "Al final del invierno" el resurgir de la humanidad en la Tierra en un futuro muy lejano, tras un desastre planetario de origen natural. Y durante catorce muy extensos capítulos nos muestra a través de distintos personajes cómo va produciéndose ese resurgimiento. De manera que cuando el lector concluye la lectura la impresión que prevalece, más que la de haber disfrutado con la novela, es la de haber conocido (incluso intimado) con una serie de "personas", en el sentido amplio de la palabra. Y esto puede interpretarse como una virtud del escritor a la hora de conferir vida a sus personajes, pero también como un defecto a la hora de haber dejado los acontecimientos en un discreto segundo plano.
Como decía, Silverberg demuestra su gran habilidad narrativa al ofrecernos las perspectivas y los sentimientos de muchos personajes: Hresh el cronista, Koshmar, Taniane, Torlyri, Harruel, Sachkor... Tenemos ante nuestros ojos un complejo panorama de relaciones humanas. Sin embargo, su esfuerzo ante una tarea tan compleja provoca que descuide un tanto el ritmo de la narración, que a menudo es demasiado lento, carente de grandes acontecimientos y sin que el lector perciba un objetivo claro en muchas de las acciones de los protagonistas (por ejemplo, el porqué de la estancia del Pueblo en Vengiboneeza).
Otros aspectos negativos del libro son a mi modo de ver: el excesivo recurso a artilugios y entes fantásticos y poco científicos (entre ellos, el Barak Dayir, de poderes injustificables, los dioses del Pueblo, las máquinas del Gran Mundo, la segunda vista...); el panorama evolutivo que nos presenta, con seis especies inteligentes y unos animales y plantas excesivamente modificados y hasta poco rigurosos para lo que biológicamente cabría esperar; la excesiva longitud de la novela, que el Silverberg del quinquenio dorado habría resuelto en doscientas páginas menos; y la escasa justificación al abandono de la supremacía por parte de los Seres Humanos, y su papel en el Gran Mundo y en el capullo (el interior de la Tierra).
A cambio, las grandes virtudes son las que siempre cabe esperar en Silverberg: calidez, humanismo, intimismo, emotividad... El lector va descubriendo el entorno a la vez que los personajes, lo que facilita la lectura. En concreto disfruté con la reflexión sobre qué es realmente "la humanidad", y por qué bajo este prisma el Pueblo aún no es humano. También disfruté con el gradual conocimiento de unos personajes fascinantes (sobre todo Koshmar y Hresh). Y, ciñéndmoe a los hechos que se narran en la novela, me agradaron particularmente las primeras expediciones en Vengiboneeza, el día de la Partida de Harruel, y el desenlace de la novela, sus muertes y sus nombramientos... Y todo ello pese a que Silverberg renuncia expresamente a recrearse con el encuentro entre el Pueblo y Harruel, y la batalla contra los hjjks. Salvo que lo relatara en la inédita "The queen of springtime", claro.
Un apasionado de la literatura de ciencia-ficción y escritor a tiempo parcial que dedica parte de sus escasos ratos libres a compartir su pasión con el resto de aficionados.
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Como siempre muy interesantes tus publicaciones, saludos!
ResponderEliminarGracias Byron. No figura en el "top ten" de las novelas de Silverberg, pero se deja leer a pesar de su extensión.
ResponderEliminarMe da la idea que esta fue tu última reseña de sus novelas, ¿es así?
ResponderEliminarNo, aún quedan unas pocas más, hasta que concluya con "Roma Eterna" (2003).
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