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domingo, 2 de enero de 2022

Otro paréntesis: "Usted podría ser el siguiente"

Por tercera y espero que última vez interrumpo mi recorrido por algunas de las mejores novelas de los más relevantes escritores británicos de ciencia-ficción para dedicar unos minutos a una entrada absolutamente personal. Y es que, como ya anticipé hace unas semanas cuando celebré haber superado las doscientas mil páginas vistas, hace unos días ha visto la luz mi segunda novela de ciencia-ficción: "Usted podría ser el siguiente". Otro pequeño hito en mi trayectoria profesional que quería compartir con los seguidores de este humilde blog.

Cuando hace poco más de un año dediqué una entrada a mi primera novela ("Nueve años"), hablé de una inquietud latente que tras más de treinta años de aficionado me había llevado finalmente a adentrarme como autor en este maravilloso género. Ahora no puedo hablar de inquietud, sino de gratitud. Gratitud a todos, familiares y amigos, pero también desconocidos, que leyeron con entusiasmo esa novela y, con sus valoraciones, comentarios y palabras de aliento, me animaron a escribir otra novela. Por eso la dedicatoria que abre "Usted podría ser el siguiente" es para todos ellos. Sin su ánimo, sin su apoyo, "Nueve años" habría quedado como un intento solitario por hacer algo más en la vida.

Así que poco después de comenzar a recibir los primeros elogios de mis allegados, revisé mis notas sobre potenciales argumentos y, tras pulir el que más me seducía, emprendí el siempre incierto camino de escribir una nueva novela. Una de las premisas fue evitar cualquier tipo de continuación o de relación con "Nueve años". Como saben quienes siguen este blog, no tengo nada en contra de las sagas, y de hecho varias personas me habían comentado que estaría interesante saber qué había sido de Emily 362 en su vida adulta, pero preferí seguir explorándome a mí mismo por otros caminos. Y en lugar de escribir un diario, en primera persona, escribir una novela en tercera persona. Y en lugar de una sola línea argumental, que tuviera varias que se entrecruzaran cuando fuera necesario. Y en lugar de expandirla a lo largo de nueve largos años, concentrarla en apenas unas cuantas semanas. Es decir, un cambio de registro radical. Aunque lógicamente, sin perder mi incipiente personalidad como escritor, ni los temas que más me fascinan e inquietan dentro de la literatura de ciencia-ficción.

La escritura marchó a buen ritmo, aunque como de costumbre sólo me pude dedicar a ella durante los fines de semana y días de vacaciones, y para el mes de julio ya había completado una primera versión. David, uno de mis mejores amigos, que según sus palabras había disfrutado de "Nueve años", se ofreció para revisar esa versión inicial y complementarla con detalles que pudieran mejorarla. Pocas semanas después volví a leer su versión mejorada, y tras unos cambios mínimos, y alguna sugerencia de última hora de mi esposa, que volvió a emitir un juicio favorable sobre mi creación, consideré que la novela estaba lista para ser publicada. No estaba en absoluto descontento de la experiencia de la auto-publicación en "Kindle direct publishing" de Amazon, pero como había pasado relativamente poco tiempo desde que había publicado "Nueve años", y por lo tanto no sentía la urgencia por volver a publicar, después de registrarla la envié a varias editoriales, a ver si recibía alguna contestación.

Por suerte, esta vez recibí respuesta de dos editoriales. Opté por la que primero me había contactado. Y durante finales de septiembre y octubre desde Seleer revisaron, corrigieron y maquetaron mi manuscrito, y crearon una portada mucho mejor que la que yo había sido capaz de elaborar para "Nueve años". Días más tarde, la novela ya estaba a la venta en Amazon y en tiendas físicas como La Casa de Troya en Madrid, o las Librerías Agapea, con tienda en muchas ciudades de España. Misión cumplida.

No me parece oportuno desvelar aquí el argumento de la novela. Como el título intenta sugerir, creo que es algo que nos podría suceder a cualquiera en un futuro no muy lejano, y por eso aparte de entretener al lector he tratado de hacerle reflexionar sobre las consecuencias que podrían tener algunos avances tecnológicos que son ya casi realidades. No sé si lo habré logrado; al igual que comenté cuando hablé de "Nueve años", es mucho más fácil revisar las creaciones ajenas que encontrarle defectos a las propias. En cualquier caso, si he conseguido que la novela funcione razonablemente a ese doble nivel, me habré dado por más que satisfecho. Y si no, pues definitivamente habré matado ese gusanillo que desde hacía años me empujaba a rellenar las páginas en blanco de ese persistente fichero Word cada vez que disponía de unos días libres. Porque debo reconocer que ahora mismo no estoy escribiendo nada, sólo dejando rondar algunas ideas por mi cabeza, por si en un futuro me animo a escribir una tercera novela. Algo que no tengo en absoluto decidido, y que afortunadamente mi economía no necesita (por ahora).

Por si después de estos párrafos aún tienen interés en conocer "Usted podría ser el siguiente", aquí les dejo el enlace. Espero que sea de su agrado.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Un paréntesis: "Nueve años"

Interrumpo en esta oportunidad mi revisión de muchas de las mejores novelas traducidas al español de las escritoras de ciencia-ficción más relevantes, para dar cabida a una entrada mucho más personal. Voy a hablarles de "Nueve años", mi primera novela, que acaba de ser publicada. Un pequeño hito a nivel personal que quería compartir con muchos de los seguidores de este humilde blog.

Más que de una ambición satisfecha, en mi caso podríamos hablar de una inquietud latente. Lector empedernido de ciencia-ficción y "bloguero" durante prácticamente una década, en el fondo de mi cabeza siempre estuvo darle una oportunidad a mi vena creativa dentro del género. Pero no fue algo que me obsesionara, y por mucho tiempo fue sólo una idea más en mi mente, aparcada a la espera de encontrar el "momento adecuado". Que además de por una situación familiar estable, pasaba por crear una historia que pudiera merecer la pena ser contada, algo que lógicamente no surge de la nada. Así, durante años simplemente fui acumulando muchas notas sobre potenciales argumentos, hasta que en noviembre de 2018 una madrugada me desperté, y me di cuenta de que la historia que acababa de soñar entroncaba y complementaba una de esas ideas. Así que la anoté, y a finales de 2018, en plenas vacaciones de Navidad, me puse manos a la obra.

Tras escribir un borrador con los acontecimientos esenciales de cada capítulo, durante los últimos días de asueto tuve tiempo de redactar los tres primeros. Pero una vez volví a mi jornada laboral de lunes a viernes, la continuación de la escritura tuvo que esperar a los fines de semana. Un ejercicio de memoria y de fuerza de voluntad nada sencillo, por la dificultad de mantener intactos el estilo y los pequeños detalles dedicando sólo unas cuantas horas cada siete días. Aunque afortunadamente el borrador me ayudó mucho, y casi cada fin de semana conseguía completar un nuevo capítulo. Si bien tuve que acelerar al final, ya que quería que el libro fuera el regalo a mi mujer por nuestro décimo aniversario de boda, y la fecha se echaba encima. Pero con alguna que otra noche corta conseguí terminar a tiempo esa primera versión.

Mi mujer era una buena piedra de toque para valorar mi obra, pues ni conoce ni aprecia en demasía el genéro de la ciencia-ficción, y tiene la confianza suficiente para hacerme ver todos los fallos y errores. Pero el caso es que le gustó mucho (tanto que es el libro que más rápidamente se ha leído nunca, algo que me honra), y salvo unos pocos detalles apenas me sugirió modificaciones. Una vez hechas, llegó justo la oportunidad de presentarla al Premio Minotauro, el más importante en lengua española del género. Y así lo hice, aun cuando ello implicara no poder divulgar la novela por ningún otro medio durante más de un año, hasta que el premio se fallara.

Durante esos meses solamente uno de mis mejores amigos, español residente en Texas que vino a España de visita, tuvo la oportunidad de leer la novela, darme sus comentarios y correcciones, que incorporé al manuscrito, y animarme a publicarla. Así hasta julio de este año, cuando el Premio se falló... y como pueden deducir (o saber si siguen el prestigioso galardón), no gané. La verdad es que tampoco supuso una decepción, pues habían sido más de cuatrocientas las novelas presentadas, con lo que la probabilidad de ser seleccionada había sido desde el principio muy baja. A cambio, recuperaba la libertad de hacer lo que quisiera con el manuscrito. Así que lo envié a dos de las editoriales más interesantes en España que publican obras del género (no diré sus nombres), y quedé a la espera de una respuesta. Pero los meses pasan, y las ganas de dar a conocer mi trabajo han vencido finalmente a esa espera de una respusta que podría no recibir nunca. Por lo cual hace unos días la publiqué en Amazon, gracias a su "Kindle direct publishing", un estupendo canal para autores noveles sin editor como yo.

En realidad las dificultades de un escritor novel para publicar son tan habituales que no me han sorprendido. De hecho, ahora puedo entender mejor a tantos y tantos autores que tuvieron y tienen dificultades para que sus obras vean la luz. En mi caso, además, en ningún momento me planteé crear una obra "a la moda" en cuanto a temática o público de referencia: simplemente di rienda suelta a mi creatividad. Y resultó que lo que me apetecía crear era una distopía. Que es uno de los subgéneros más importantes de la literatura de ciencia-ficción, y al que curiosamente aún no he dedicado un monográfico. Quería que mi novela permitiera múltiples y profundas especulaciones personales y sociales, y la distopía me pareció el enfoque adecuado. Pero también quería que funcionara a distintos niveles, y por eso traté de presentar las sociedades del siglo XXII con una historia que tuviera intriga, tensión, e incluso aventura. Además, que la protagonista fuera una niña me permitiría revisar desde distintos ángulos ese femenismo que tanto preside no ya nuestra sociedad, sino buena parte de la literatura de ciencia-ficción contemporánea.

Acostumbrado como estoy a reseñar y opinar sobre las creaciones literarias de otros, ahora más que nunca me doy cuenta de lo complicado que es valorar las creaciones propias. Sólo puedo decir que me siento satisfecho con el resultado de tantas horas, y que si a algún otro lector le agrada o al menos le mueve a reflexión, me daré por doblemente satisfecho. Como es obvio, al publicarla únicamente en formato ebook y a un precio simbólico, el crematístico no es uno de mis fines. Como tampoco lo es ser el inicio de una carrera literaria; simplemente me dejaré llevar y si alguna vez tengo una buena historia y ganas, volveré a escribir, y si no... ya habré hecho dos de las tres cosas que se supone todos debemos hacer una vez en la vida, ¿no?

Por si después de estos párrafos aún tienen interés en conocer "Nueve años", el enlace.

"El Alzamiento de Persépolis" (2017). James S. A. Corey

Con la entrada que hoy les traigo continúo mi segundo recorrido por las sagas más relevantes para el lector de ciencia-ficción en español....

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