sábado, 17 de septiembre de 2011

#11 Huevo del dragón (1980). Robert L. Forward



Robert L. Forward fue un físico de primerísimo nivel, lo cual no fue obstáculo para que en el último tramo de su vida se dedicara profesionalmente a una de sus pasiones: la ciencia-ficción. Obviamente su aportación al género se encaminó a la rama conocida como ciencia-ficción hard, en la que pudo desplegar sus amplísimos conocimientos científicos. Huevo del dragón fue su primera incursión en el géneto. Una excelente muestra de todo lo que pueda dar de sí una novela de ciencia-ficción hard: un entorno fascinante, una utilización rigurosa de la física, dosis abundantes de sociología, episodios de aventura y un inesperado espejo en el que reflejar la evolución de la humanidad.

El acercamiento de una estrella de neutrones a la Tierra en el año 2020 le sirve a Forward para poner en marcha la exploración de la misma. Una aventura harto difícil de llevar a buen término a causa de las singularísimas condiciones de vida de la estrella, que Forward consigue hacer atrayente mediante la designación de un protagonista claro en cada una de las fases de la evolución de los cheela, que así se llaman los extraterrestres que viven en la estrella.

Por supuesto, el proceso evolutivo es otra de las grandes virtudes del libro: desde sus inicios en forma de clanes cazadores que compiten por su supervivencia, pasando por su establecimiento en Paraíso de Brillante, sin olvidar su evangelización, hasta llegar a su avanzada sociedad científica. Fiel reflejo de la evolución humana, consigue que la obra trascienda el ámbito de la ciencia-ficción y se adentre en terrenos filosóficos. Y con el aliciente de que la evolución cheela está catalizada en todo momento por los movimientos de aproximación de la expedición humana. Es fascinante la maestría con la que Forward encaja exploración científica y evolución religiosa, más aún teniendo en cuenta los marcos temporales tan diferentes de ambas sociedades.

Los detalles del proceso gradual de adquisición de conocimientos por parte de los cheela son excelentes: desde la numeración en base 12, pasando por el viaje del artefacto cheela a las cercanías de Matadragones, hasta el envío masivo de información a los humanos. Hitos que forman parte de un elemento científico de gran solidez (basta recordar el pasaje en el que los cheela reflexionan sobre la naturaleza de Huevo o el imprescindible apéndice técnico). Y que tiene también su reflejo en la biología y la sexualidad alienígenas.

No conviene obviar las virtudes literarias de la obra, que también las tiene: su estilo literario ameno, fácil de seguir, con pequeños guiños humorísticos y un tono optimista; pasajes realmente emocionantes, de subyugante aventura tanto en el lado cheela como en el humano; la gran cantidad de cheela que son caracterizados a lo largo de la misma (entre los más relevantes, Pétalo-Roto, Ojos-Rosados y Mata-Ligero); y que las primeras interacciones entre humanos y cheela comiencen cuando aún queda media novela por delante.

Por contra, ninguno de sus defectos es grave: la cuestionable situación política en la Tierra del s. XXI (aún dominada por la Guerra Fría); unos personajes humanos algo esquemáticos (evidenciando que al autor le importa más la exploración humana en sí que sus ejecutores); descripciones a veces un tanto imprecisas de los accidentes geológicos más relevantes; la pérdida de impacto emocional que supone tanto cambio de protagonista; y la resurreción de Mata-Ligero a partir de su metamorfosis-contrametamorfosis. Detalles menores comparados con la abundancia de aciertos ya detallada.

Un último apunte: Huevo del Dragón inauguró la que más adelante se denominó Saga de los cheela, pues un lustro más tarde Forward publicó Estrellamoto, una novela casi tan brillante como su predecesora.

4 comentarios:

  1. Me lo acabo de comprar por Internet. No conozco nada de este autor, me guío por tu criterio. ¡Ya lo comentaremos!

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  2. Lo he leído estas vacaciones. Ha estado a la altura de lo que esperaba, y más aún. De hecho, hoy he empezado a leer la segunda parte. ¡Gracias!

    Del libro me ha sorprendido el tono épico/medieval de gran parte de las aventuras, más próximo a la "fantasía" (si dejamos de lado la ambientación) que a la "ciencia ficción". También me ha gustado cómo el autor va dejando ver, poco a poco, las costumbres y forma de vida de los cheela. En vez de describirlas explícitamente, deja que el lector vaya deduciéndolas a partir de los hechos que se van narrando.

    Especialmente emocionante es ver cómo los cheela hacen ciertos descubrimientos (no digo cuáles para no estropeárselo a nadie); y cómo les dan nombre.

    Por ponerle una pega, quizá los cheela son demasiado "humanos". Aunque por otro lado eso facilita el toque humorístico.

    Releyendo ahora tu entrada del blog, me ha gustado y estoy muy de acuerdo con: "un inesperado espejo en el que reflejar la evolución de la humanidad". Aunque no sé si al decir eso estás desvelando demasiado de la historia.

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  3. Gracias por tu comentario, y me alegro de que haya respondido a tus expectativas. En mi opinión es una novela esencial dentro del género. La segunda parte es casi tan brillante, seguro que la disfrutas.

    En cuanto a desvelar demasiado, es difícil escribir una reseña sin "revelar nada". Mi sugerencia es que si una reseña anima a leer un cierto libro, conviene dejar pasar un tiempo antes de leerlo, para poder "redescubrirlo" por uno mismo.

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  4. He terminado "Estrellamoto". Me ha gustado, pero lo he encontrado bastante inferior a "Huevo de dragón", sobre todo porque la historia sorprende menos. A su favor: se mete más en la descripción de la tecnología utilizada; y los nombres de los cheela son geniales: Neutron-Drip, Time-Circle, Zero-Gauss... :-)

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