Con la presente entrada retomo mi segundo recorrido por alguna de las sagas más relevantes de la literatura de ciencia-ficción. Continúo revisando en orden de lectura diversas novelas de la Saga Workosigan, de la estadounidense Lois McMaster Bujold. Le ha llegado el turno a "El Aprendiz de Guerrero", curiosamente la primera que realmente tiene al personaje que popularmente da nombre a la saga (Miles Vorkosigan) como protagonista, y también la primera novela que publicó su autora. Hechos ambos que condicionan la lectura, pues a estas alturas el lector ya se ha formado una idea de lo que esperar de la saga y, si ha llegado hasta aquí, es porque espera lo mejor de la irrupción de Miles. Aunque también es consciente de que a menudo las primeras novelas son obras sin pulir de escritores aún en fase de formación. Con todo, debo admitir que tras concluir su lectura mi sensación principal fue de decepción: Bujold rehúye de la peculiarmente atractiva atmósfera de Barrayar y traslada la acción al espacio de Tau Verde, donde repite una y otra vez la misma argucia para que la flota de Miles venza y crezca sin apenas dificultades a todo cuanto se le opone. Sólo al final la novela mejora un poco, con el retorno a Barrayar.
A mi modo de ver la endeblez argumental lastra el resultado final del conjunto. Y eso que el nudo de la trama es válido: la búsqueda de la madre de la mejor amiga de Miles y su amor platónico, Elena Bothari. Pero cuando, casi al inicio de esa búsqueda, ambos abandonan Colonia Beta, la novela se vuelve reiterativa: como si de una estafa piramidal se tratara, Miles se ve envuelto a causa de las deudas contraídas en un conflicto bélico, y su respuesta consiste en repetir una y otra vez el mismo patrón. Es decir, logra vencer a su enemigo y lo incorpora a su flota, que va creciendo; de esta acción surge otro enemigo, lo derrota y lo vuelve a incorporar a su flota, y así una y otra vez hasta terminar por incorporar al Almirante Oser, el líder de la flota de los oserianos. Es cierto que Bujold adereza este simplísimo esquema con algunos aspectos que le confieren cierto interés (el descubrimiento de secretos familiares pasados, o determinados aspectos de estrategia militar), pero hasta que la novela no plantea el complot que debe de estar sufriendo el padre de Miles en Barrayar a causa de los actos de su hijo, la trama no se complica un poco.
Otros defectos perceptibles contribuyeron a esa decepción, hasta el extremo de plantearme abandonar la lectura de la saga: las coincidencias inverosímiles (como el encuentro con Elena Visconti, la madre de Elena Bothari); un estilo desenfadado pero más juvenil que en novelas posteriores de la saga; un conflicto bélico descrito de manera muy confusa (casi imposible comprender qué sucede en realidad entre felicianos, pelianos y oserianos); unos marcos escénicos no excesivamente precisos ni bien localizados (a menudo Bujold se olvida de situar dónde está sucediendo algo, y en general habría venido de perlas un mapa); y el empleo innecesario de barbarismos.
Quizá la principal virtud del libro sea el desarrollo del personaje de Miles: el ingenio con el que supera sus limitaciones físicas, la mezquindad con la que obra en cuestiones amorosas, el honor que sin embargo preside su comportamiento en otras situaciones, la humanidad que destila, cómo va conociendo sus propias limitaciones aunque a veces no se atenga a ellas, o incluso sus dotes de persuasión por medio de la palabra. De suerte que, al finalizar la lectura, el lector tiende de manera natural a conferirle otra oportunidad para observar cómo se desenvolvería en una trama menos monótona y un marco escénico mejor presentado.
También hay que agradecerle a Bujold lo cohesionada que, al menos hasta este punto, está toda su saga: personajes conocidos de libros anteriores que aquí se amoldan con naturalidad a su rol de secundarios, un universo rico y complejo que sigue explorando de manera coherente, la forma como explota o aclara acontecimientos de novelas previas, un elemento científico en segundo plano pero adecuado a las pretensiones de la novela (desde los efectos de la ingravidez hasta el uso de agujeros de gusano para recorrer distancias interestelares) y, sobre todo, esa atmósfera entre militarista y feudal de Barrayar, que Bujold recupera a última hora y que ofrece las mejores páginas de la novela (las relativas al desenmascaramiento del plan urdido por Vordrozda y el Almirante Hessman para poder acursar al padre de Miles de traición). Un acierto inesperado que mejora la impresión global de una novela en la que la bisoñez de su escritora seguramente resulta demasiado perceptible.
Un apasionado de la literatura de ciencia-ficción y escritor a tiempo parcial que dedica parte de sus escasos ratos libres a compartir su pasión con el resto de aficionados.
sábado, 28 de septiembre de 2024
lunes, 9 de septiembre de 2024
Mi nueva novela: "Peripecias Inconcebibles" (2024)
Interrumpo con la presente entrada mi nueva revisión de algunas de las sagas más relevantes en la literatura de ciencia-ficción por una razón muy especial. Y es que les voy a presentar "Peripecias Inconcebibles", mi nueva novela de ciencia-ficción; la tercera ya, que se ha publicado hace unos días.
Por lo menos a mí me resulta mucho más sencillo hablar sobre las obras de otros que dedicarle unos párrafos a una creación propia. Sí que les puedo confesar que haber alcanzado el hito de tres novelas publicadas es algo que hace unos años jamás habría imaginado. Y es que cuando hace ya casi tres lustros di comienzo a este blog, no pasaba de ser un simple intento de un aficionado al género que, por circunstancias personales, no encontró en ese momento otra forma que la virtual para dar continuidad a una de sus pasiones. Con los años el número de visitas y de seguidores fue creciendo, y entre algunos comentarios recibidos y el apoyo de unos pocos familiares y amigos muy especiales, en 2018 me lié la manta a la cabeza y me puse a intentar sacar a flote mi una novela. Dos años más tarde, y tras el silencio de varias editoriales que no respondieron a mi manuscrito, recurrí a la auto-publicación para que "Nueve Años" viera la luz. En ese momento ya había decidido volver a probar suerte, y un año después apareció "Usted Podría Ser El Siguiente", esta vez bajo el paraguas de una editorial. Una vez conocidos ambos mundos, el de la autopublcación y el de la edición por cuenta ajena, y tras una pausa (en la que fueron varias las personas que me contactaron para trasladarme cuánto les habían gustado las dos primeras y animarme a que escribiera una tercera), el año pasado escribí "Peripecias Inconcebibles". Para la cual decidí que, salvo que alguna de las escasas editoriales a las que les envié el manuscrito me contestarta, publicaría de nuevo por mi cuenta. Algo que ha sucedido hace tan sólo unos días.
Haber escrito tres novelas no significa que me considere escritor. Para mí escritor es solamente aquel que vive esencialmente del oficio de la escritura. Algo que no es, y que nunca llegará a ser, mi caso. Afortunadamente mi trabajo en el sector de las telecomunicaciones me permite llevar una vida desahogada, así que me sigo considerando un aficionado al género que en sus ratos libres se dedica, entre otros asuntos, a escribir novelas. Algo que considero tiene sus ventajas: escribir como pasión, sin que prevalezcan las necesidades crematísticas, permite una libertad temática, estilística y hasta especulativa que me temo no poseen quienes necesitan que las ventas sean lo más altas posibles para mantener un determinado tren de vida. Aparte de que permite dedicarse a ello sin presión alguna, solamente cuando apetece y se cree haber dado con una historia que podría interesar a otras personas. Por lo cual, no sé ni si, ni cuándo, habrá una cuarta novela; lo importante es que ya he llegado a la tercera, y lo he disfrutado mucho.
A la hora de enfrentarme al temido documento en blanco sólo tengo dos premisas: intentar no repetirme, y al mismo tiempo, mantener una personalidad reconocible como novelista. En atención a la primera, aunque han sido varias las personas que, tras leerlas, me han hecho ver que tanto la ambientación como los personajes de "Nueve Años" y de "Usted Podría Ser El Siguiente" podrían dar lugar a sendas continuaciones, hasta la fecha he descartado esa sugerencia. Por una parte me preocupa repetirme, y por otra, me resulta más interesante explorar otros subgéneros dentro de este maravilloso género. Lo que por supuesto trae consigo otros marcos escénicos, otras épocas, otros avances tecnológicos, otro tipo de personajes... Por ello el contrapeso a tantas diferencias entre mis novelas ha de venir de mi personalidad a la hora de escribir. Y eso es algo que sí me he esforzado en mantener en estas tres novelas: como muchos de mis seguidores saben, me gustan los libros bien estructurados, con capítulos en los que siempre sucede algo, con una prosa que prime la comprensión y el disfrute sobre los recursos estilísticos... Y sobre todo, con personajes que se vean arrastrados a situaciones límite, que tengan que recurrir a lo mejor de sí mismos para salir adelante. Si alguno de ustedes, tras haber leído las tres novelas, ha apreciado estos rasgos que espero que me definan, habré logrado mi propósito.
En concreto, para "Peripecias Inconcebibles" me propuse escribir una novela sobre un subgénero tan conocido y trillado como el primer contacto (o uno de los primeros contactos) con seres alienígenas, que es algo que hasta ahora no había tratado. Pero para intentar proporcionarle un enfoque original, me propuse conjugar lo que pueda tener de verosímil el fenómeno OVNI con los recientes descubrimientos de exoplanetas potencialmente habitables por los seres humanos a una distancia menos de cien años luz (que bajo los efectos relativistas podrian hacer plausible, con la tecnología adecuada y sin romper los pilares básicos de la astrofísica contemporánea, un viaje durante el tiempo de vida de una persona común). Me parecía que históricamente se ha despreciado el fenómeno OVNI por ser tecnológicamente inviable, y al mismo tiempo se ha dado por hecho que el destino de la humanidad es permanecer en el Sistema Solar porque "no hay ningún lugar cercano" en el que poder establecerse. Este libro lucha contra ambos supuestos, y los intenta conjugar de manera plausible, al tiempo que presenta una continua secuencia de peripecias, cada cual más inconcebible que la anterior. Y que espero que la hagan una lectura disfrutable. Aunque les reconoceré que el reto era tremendo, porque como comprobarán si se adentran en ella, en cuanto avancen unos cuantos capítulos verán que establecer cualquier tipo de dialógo que dinamizara la lectura era de todo punto imposible.
No es mi intención ni revelarles más detalles ni aburrirles con cuestiones menores sobre la gestación de este libro. Por supuesto agradecer a familiares, amigos y personas anónimas su apoyo para convertirlo en una realidad. Y expresar especialmente mi gratitud a mi amigo David Fernández por su dedicación a la hora de revisar, corregir y dar sugerencias de mejora a mis manuscritos, muchas de las cuales han formado parte de la versión final del mismo. Dicho lo cual, si alguno de ustedes se anima, aquí les dejo el enlace en el que podrán adquirirla:
"Peripecias Inconcebibles"
Y también los enlaces en los que podrán adquirir mis dos novelas anteriores:
"Nueve Años":
"Usted Podría Ser El Siguiente":
En la próxima entrada volveré a la normalidad, y les reseñaré "El Aprendiz de Guerrero", la siguiente entrega de la saga de Miles Vorkosigan, de Lois McMaster Bujold.
Por lo menos a mí me resulta mucho más sencillo hablar sobre las obras de otros que dedicarle unos párrafos a una creación propia. Sí que les puedo confesar que haber alcanzado el hito de tres novelas publicadas es algo que hace unos años jamás habría imaginado. Y es que cuando hace ya casi tres lustros di comienzo a este blog, no pasaba de ser un simple intento de un aficionado al género que, por circunstancias personales, no encontró en ese momento otra forma que la virtual para dar continuidad a una de sus pasiones. Con los años el número de visitas y de seguidores fue creciendo, y entre algunos comentarios recibidos y el apoyo de unos pocos familiares y amigos muy especiales, en 2018 me lié la manta a la cabeza y me puse a intentar sacar a flote mi una novela. Dos años más tarde, y tras el silencio de varias editoriales que no respondieron a mi manuscrito, recurrí a la auto-publicación para que "Nueve Años" viera la luz. En ese momento ya había decidido volver a probar suerte, y un año después apareció "Usted Podría Ser El Siguiente", esta vez bajo el paraguas de una editorial. Una vez conocidos ambos mundos, el de la autopublcación y el de la edición por cuenta ajena, y tras una pausa (en la que fueron varias las personas que me contactaron para trasladarme cuánto les habían gustado las dos primeras y animarme a que escribiera una tercera), el año pasado escribí "Peripecias Inconcebibles". Para la cual decidí que, salvo que alguna de las escasas editoriales a las que les envié el manuscrito me contestarta, publicaría de nuevo por mi cuenta. Algo que ha sucedido hace tan sólo unos días.
Haber escrito tres novelas no significa que me considere escritor. Para mí escritor es solamente aquel que vive esencialmente del oficio de la escritura. Algo que no es, y que nunca llegará a ser, mi caso. Afortunadamente mi trabajo en el sector de las telecomunicaciones me permite llevar una vida desahogada, así que me sigo considerando un aficionado al género que en sus ratos libres se dedica, entre otros asuntos, a escribir novelas. Algo que considero tiene sus ventajas: escribir como pasión, sin que prevalezcan las necesidades crematísticas, permite una libertad temática, estilística y hasta especulativa que me temo no poseen quienes necesitan que las ventas sean lo más altas posibles para mantener un determinado tren de vida. Aparte de que permite dedicarse a ello sin presión alguna, solamente cuando apetece y se cree haber dado con una historia que podría interesar a otras personas. Por lo cual, no sé ni si, ni cuándo, habrá una cuarta novela; lo importante es que ya he llegado a la tercera, y lo he disfrutado mucho.
A la hora de enfrentarme al temido documento en blanco sólo tengo dos premisas: intentar no repetirme, y al mismo tiempo, mantener una personalidad reconocible como novelista. En atención a la primera, aunque han sido varias las personas que, tras leerlas, me han hecho ver que tanto la ambientación como los personajes de "Nueve Años" y de "Usted Podría Ser El Siguiente" podrían dar lugar a sendas continuaciones, hasta la fecha he descartado esa sugerencia. Por una parte me preocupa repetirme, y por otra, me resulta más interesante explorar otros subgéneros dentro de este maravilloso género. Lo que por supuesto trae consigo otros marcos escénicos, otras épocas, otros avances tecnológicos, otro tipo de personajes... Por ello el contrapeso a tantas diferencias entre mis novelas ha de venir de mi personalidad a la hora de escribir. Y eso es algo que sí me he esforzado en mantener en estas tres novelas: como muchos de mis seguidores saben, me gustan los libros bien estructurados, con capítulos en los que siempre sucede algo, con una prosa que prime la comprensión y el disfrute sobre los recursos estilísticos... Y sobre todo, con personajes que se vean arrastrados a situaciones límite, que tengan que recurrir a lo mejor de sí mismos para salir adelante. Si alguno de ustedes, tras haber leído las tres novelas, ha apreciado estos rasgos que espero que me definan, habré logrado mi propósito.
En concreto, para "Peripecias Inconcebibles" me propuse escribir una novela sobre un subgénero tan conocido y trillado como el primer contacto (o uno de los primeros contactos) con seres alienígenas, que es algo que hasta ahora no había tratado. Pero para intentar proporcionarle un enfoque original, me propuse conjugar lo que pueda tener de verosímil el fenómeno OVNI con los recientes descubrimientos de exoplanetas potencialmente habitables por los seres humanos a una distancia menos de cien años luz (que bajo los efectos relativistas podrian hacer plausible, con la tecnología adecuada y sin romper los pilares básicos de la astrofísica contemporánea, un viaje durante el tiempo de vida de una persona común). Me parecía que históricamente se ha despreciado el fenómeno OVNI por ser tecnológicamente inviable, y al mismo tiempo se ha dado por hecho que el destino de la humanidad es permanecer en el Sistema Solar porque "no hay ningún lugar cercano" en el que poder establecerse. Este libro lucha contra ambos supuestos, y los intenta conjugar de manera plausible, al tiempo que presenta una continua secuencia de peripecias, cada cual más inconcebible que la anterior. Y que espero que la hagan una lectura disfrutable. Aunque les reconoceré que el reto era tremendo, porque como comprobarán si se adentran en ella, en cuanto avancen unos cuantos capítulos verán que establecer cualquier tipo de dialógo que dinamizara la lectura era de todo punto imposible.
No es mi intención ni revelarles más detalles ni aburrirles con cuestiones menores sobre la gestación de este libro. Por supuesto agradecer a familiares, amigos y personas anónimas su apoyo para convertirlo en una realidad. Y expresar especialmente mi gratitud a mi amigo David Fernández por su dedicación a la hora de revisar, corregir y dar sugerencias de mejora a mis manuscritos, muchas de las cuales han formado parte de la versión final del mismo. Dicho lo cual, si alguno de ustedes se anima, aquí les dejo el enlace en el que podrán adquirirla:
"Peripecias Inconcebibles"
Y también los enlaces en los que podrán adquirir mis dos novelas anteriores:
"Nueve Años":
"Usted Podría Ser El Siguiente":
En la próxima entrada volveré a la normalidad, y les reseñaré "El Aprendiz de Guerrero", la siguiente entrega de la saga de Miles Vorkosigan, de Lois McMaster Bujold.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
"El Mapa del Cielo" (2012). Félix J. Palma
Con la entrada de hoy prosigo mi recorrido en orden cronológico por alguna de las sagas que aún no habían aparecido en este humilde blog. ...
