Una entrada más prosigo reseñando los principales libros traducidos al español de mi escritor de ciencia-ficción favorito, Robert Silverberg. Le toca en esta oportunidad a "Muero por dentro", una de sus novelas más famosas y con la que concluiré las reseñas de sus novelas publicadas entre 1967 y 1972 (lo que yo llamo su quinquenio dorado). Un lustro de una creatividad y una calidad impresionantes, como lo prueban las nada menos que catorce novelas que he reseñado del mismo (y he dejado unas pocas que no están traducidas al español). "Muero por dentro" es posiblemente el lógico colofón a esa época de tanto fecundidad creativa, ya que consolida muchas de las virtudes que se asentaron en la narrativa de Silverberg durante ese periodo. Y sin ser en mi opinión su mejor novela, sí que se trata de un cautivador recorrido por la singularísima vida de un telépata consciente de su irreparable deterioro.
Quizá la mayor virtud de esta novela en los límites de lo que podría considerarse ciencia-ficción sea la gran habilidad literaria de la que una vez más hace gala Silverberg. Sobre todo porque la obra es un continuo ir y venir por momentos de la vida de David Selig, sin un patrón claramente definido pero sorprendentemente sin que la lectura se resienta. Desde su traumática niñez, pasando por sus experiencias adolescentes en el campo, sin descuidar sus días de máximo esplendor, capturando las fases del declive, y todo ello manteniendo el interés. Y además, realzado por las habituales reflexiones magistrales de Silverberg sobre los seres humanos y la vida en general, potenciadas en este caso gracias a las capacidades telepáticas de Selig.
Como cabía esperar, la profundidad de los personajes que crea Silverberg da lugar a pasajes excelentes. Recuerdo especialmente la difícil relación de Selig con su hermana, condicionada por las capacidades de cada uno (como cuando él descubre que ella acaba de tener su primera experiencia sexual), y que revela comportamientos más frecuentes en los seres humanos de lo que pensamos. También subyuga su intensa relación con Toni, traumáticamente interrumpida con el viaje de ácido. Y cómo no, Kitty, el eje de la vida adulta de Selig: más que su amor, el espejo en el que Selig se descubre a sí mismo como ser capaz de enamorarse. Todo lo relacionado con Kitty está narrado con una técnica exquisita, incluso aunque al final aguarde un desengaño terrible.
Otros aciertos que apuntalan la obra son: las frecuentes y oportunas referencias a pensadores y filósofos contemporáneos (Huxley, Kafka, Kierkegaard, Lévi-Strauss...) y a la reciente historia norteamericana; la coherencia a la hora de imaginar las formas que emplean Selig y otros telépatas para intentar ganarse la vida; la amarga denuncia, patente en todo momento, de que una cultura y una preparación de alto nivel no garantizan el éxito en la vida; y algunos párrafos que literalmente rozan la perfección literaria, especialmente aquellos en los que Silverberg refleja los pensamientos de sus personajes.
Curiosamente es el propio autor quien desde el principio no oculta el mayor defecto de la novela: el deteriorio gradual de Selig se anticipa desde el principio, con lo que no hay ningún elemento de intriga que dinamice la trama. Al contrario, Silverberg abusa de los episodios de autocomplacencia de su protagonista, y ésa es la razón por la que no considero "Muero por dentro" su mejor novela. Tampoco me convence la dosis excesiva de sexo que en mi opinión acarrea la novela: a veces Selig tiene demasiado éxito con las mujeres, y poco menos que da la impresión de que lo "acosan". Asimismo es cuestionable la introducción de extensos ensayos literarios, como el de las novelas de Kafka o el de la entropía, cerca del final. Y hay un pequeño detalle que nunca he terminado de entender: normalmente Selig narra en primera persona, pero en ocasiones toma la palabra un narrador cuya relación con Selig no queda nada clara.
Por último, y para terminar de justificar mi aprecio por esta novela, así como su recomendación incluso para lectores ajenos al género, destacar que aunque el desenlace sea el esperado, las paginas finales son tan duras como sensatas.
Un apasionado de la literatura de ciencia-ficción y escritor a tiempo parcial que dedica parte de sus escasos ratos libres a compartir su pasión con el resto de aficionados.
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Creo que esta es una de las novelas de ciencia ficción que podrían agradar a los que normalmente no leen ciencia ficción. La caracterización del personaje principal es algo fuera de lo común: sus contradicciones, las ventajas y los sufrimientos que se derivan de su poder telepático, sus amores y desamores, la difícil relación con la hermana. Todo queda perfectamente dibujado.
ResponderEliminarA mí me pareció que los textos universitarios que escribe para terceros eran un cambio de registro excelente, un toque de dinamismo en la novela.
Saludos!
Gracias por tu comentario, Mario. Coincido con tu apreciación: esta novela sería perfectamente disfrutable por lectores que normalmente no se acercan a este maravilloso género. Y además tiene todas esas referencias a pensadores, filósofos y escritores que harían las delicias de los críticos más exigentes.
EliminarNo obstante la novela creo que adolece de los defectos que he citado, y por ello no la considero la obra cumbre de Silverberg.