sábado, 8 de julio de 2017

El círculo de Farthing (2006). Jo Walton

Por penúltima vez continúo reseñando las novelas que he seleccionado como representativas del subgénero de las ucronías, uno de los más fascinantes de la literatura de ciencia-ficción, para el lector en español. Le ha llegado el turno a "El círculo de Farthing", de la británica Jo Walton. Que curiosamente comparte premisa (casi me atrevería a decir hecho divergente) con la última ucronía que reseñaré en unos pocos días, "El sindicato de policía yiddish", de Michael Chabon: una Segunda Guerra Mundial que altera el devenir del pueblo judío de manera diferente a como sucedió en realidad, pero manteniendo las coordenadas de diáspora y represión en ambos casos. Ambas desde perspectivas diferentes, aunque con una trama detectivesca de trasfondo en los dos casos. Y ambas con resultados interesantes, aunque ya adelanto que la novela de Walton me parece superior a la de Chabon. Y es que "El círculo de Farthing" es una ucronía bien estructurada y escrita, con la intriga como motor y el holocausto judío como trasfondo. Le falta más dramatismo y le sobra la reiteración de algún truco narrativo para haber sido un gran libro.

El hecho divergente propuesto por Walton es muy sugestivo: en 1941 Churchill perdió el poder y los conservadores del círculo de Farthing, con una participación especialmente destacada por parte de James Thirkie, negociaron un acuerdo de paz con Hitler que convirtió a la democracia inglesa en un lugar seguro para el pueblo judío (que tan dramáticamente estaban sufriendo las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial). Ocho años después la guerra continúa, y la situación política se convulsiona cuando, durante un encuentro del círculo de Farthing, Thirkie es asesinado. Una muerte que permite a Walton estructurar desde el principio su novela en dos líneas narativas: una primera en la que Lucy Khan, hija de la dueña del palacio donde transcurría el encuentro del Círculo, relata en primera persona lo que va sucediendo allí tras el crimen; y una segunda en la que Walton narra la investigación que sobre el asesinato realiza el detective de Scottland Yard Peter Carmichel. Al alternar rigurosamente un capítulo de cada línea, la escritora permite que el lector se acomode a esa dinámica, al tiempo que enriquece la lectura con puntos de vista y emociones complementarias.

Otro punto fuerte de la novela es el componente de intriga, al estilo de las novelas de robots de Asimov: el suspense que preside las investigaciones, y los homicidios adicionales con los que Walton completa la trama, son un valor seguro para mantener el lector si como es el caso las averiguaciones se van presentando de manera coherente. Además, la opresión que incluso en Inglaterra sufren los judíos, la vacuidad que encierra el círculo ultra-conservador, y las arcaicas costumbres y protocolos de la nobleza británica, aumentan la carga emocional de la novela y le dan mayor verosimilitud. Aunque probablemente Walton fía en exceso el resultado a esta doble baza (suspense y ambientación) y durante sus tres primeros cuartos la novela adolece de acción, conviertiéndose a menudo en una especulación recurrente sobre los posibles autores del asesinato de Thirkie y sus motivos.

El otro defecto principal de la novela es la reiteración a la hora de utilizar un truco narrativo que podría haber sido efectivo con más mesura: la revelación de la homosexualidad de la gran mayoría de los protagonistas (James, Mark, Huge, David, Tibs... hasta Charmichael al final, como forma de justificar su decisión final). Es admisible que en la alta sociedad la homosexualidad pueda estar más extendida que en otros ámbitos, pero que sea común a la mitad de los personajes, y que además se revele justo cuando más conviene a la narración, resulta a todas luces excesivo, y le resta credibilidad a los acontecimientos. Tampoco me termina de convencer la función de algunos personajes secundarios, desdibujados y bastante confusos (los Francis, los Manningham, Tibs, Dudley...).

A cambio, la novela se reserva un último cuarto muy bueno. La narración por fin adquiere el dinamismo ideal (más acción y un ritmo narrativo más alto), con acontecimientos que se precipitan, piezas que van encajando, dos teorías antagónicas para explicar el asesinato, el vuelco en la presidencia del país... Así hasta llegar a un desenlace impactante por inesperado, con una fuerte carga especulativa, y con el acierto adicional de explicar lo suficiente sobre el destino de los principales protagonistas y al mismo tiempo dejar abierto el suficiente número de frentes para una posible continuación, que Walton acabaría escribiendo unos años más tarde. De hecho, en su idioma original "El círculo de Farthing" acabó siendo la primera novela de una trilogía ("Small Change"), cuya segunda entrega ("La conspiración de Coltham") sí ha llegado a publicarse en español, y que dado el buen sabor de boca que me dejó "El círculo de Farthing", espero leer pronto.

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